Durante los últimos años hemos vivido un incremento del desarrollo y el uso de las redes sociales. Algunas como Tuenti o MySpace llegaron a su fin, dando pie al incremento de la fama de plataformas como TikTok, Instagram, Twitter, Facebook o LinkedIn.
Las redes sociales pueden ser una herramienta muy beneficiosa para la sociedad, ya que nos conecta y refuerza las relaciones sociales, además de aportarnos información valiosa para el día a día. Sin embargo, también presentan un doble filo, ya que pueden repercutir negativamente en nuestra salud mental, incidiendo en el aumento del desarrollo de trastornos mentales como la depresión, la ansiedad, la adicción y los trastornos de la conducta alimentaria.
En este artículo vamos a repasar tanto los aspectos positivos como los negativos de estas novedosas plataformas, incidiendo en la importancia del uso responsable de las mismas para cuidar nuestra salud física y mental.

Logotipos de varias redes sociales, en un teléfono móvil.

Redes sociales y sistema de recompensa del cerebro

El pasado 8 de noviembre, el periódico El País publicaba la siguiente noticia “Desconectar de las redes sociales disminuye la satisfacción vital, según un estudio” en la que tuvimos el placer de participar. En este artículo resaltaban que, a pesar de tener las redes sociales un componente negativo, también lo tiene el cese de su uso, encontrándose una reducción en la satisfacción vital de las personas que habían dejado de usar estas plataformas por una semana.

¿Por qué sucede esto? ¿Es perjudicial entonces el abandono de las redes sociales?

Al igual que sucede con el resto de conductas adictivas, el uso de las redes sociales produce un estímulo en el centro de recompensa de nuestro cerebro. Cuando nos exponemos al contenido de estas plataformas, se libera una gran cantidad de dopamina, neurotransmisor vinculado a la motivación, el placer y la satisfacción. Aunque este neurotransmisor se libera cuando realizamos actividades agradables del día a día (escuchar música, hacer deporte, tener relaciones íntimas, pasar tiempo al aire libre, pasar tiempo con nuestros seres queridos, alcanzar nuestros objetivos, etc.), también lo hace cuando consumimos contenido en las redes sociales. Sin embargo, la liberación de dopamina que se produce en estas actividades presenta diferencias en varios aspectos:

Ritmo y novedad

Las redes sociales, especialmente Instagram, TikTok y YouTube Shorts, están diseñadas estratégicamente para ofrecer una gran cantidad de información en un período de tiempo reducido. La novedad constante y el ritmo rápido estimulan la liberación de dopamina al mantener la atención y proporcionar recompensas constantes. Por otro lado, actividades como pasear por la naturaleza o reír con las amistades no nos ofrece la misma intensidad de estímulos novedosos y gratificantes en un período de tiempo tan corto.

Interacción y validación social

Los “me gusta” y los comentarios que recibimos a través de las redes sociales activan el sistema de recompensa del cerebro y, por lo tanto, producen un aumento de la liberación de dopamina. Aunque las relaciones interpersonales “en carne y hueso” también nos pueden proporcionar experiencias sociales gratificantes, estas plataformas nos lo ofrecen de forma inmediata y constante, llegando a generar una dependencia a esa aprobación y validación social que no encontramos en tal medida fuera de ellas.

Recompensas impredecibles

Las redes sociales nos ofrecen una sensación de sorpresa e incertidumbre agradable, al no saber exactamente qué contenido encontraremos en la siguiente publicación. Con ese mecanismo, los creadores de estas plataformas consiguen que queramos más y más todo el rato, sin que nos cansemos o nos sintamos aburridos. Estas recompensas impredecibles tienen un componente más adictivo que las recompensas predecibles que encontramos en actividades como ver una puesta de sol, practicar nuestro deporte favorito o pasear por el monte al que solemos ir de forma habitual.

Estrategias para producir adicción

Como ya hemos mencionado, los desarrolladores de estas plataformas han trabajado meticulosamente para crear estrategias que creen una dependencia en los consumidores. Las redes sociales están diseñadas para mantener a las personas enganchadas y comprometidas en las plataformas, así como para producir respuestas emocionales que también pueden contribuir al desarrollo de comportamientos adictivos. En contraste, las actividades naturales que inciden en el sistema de recompensa del cerebro no tienen todo esta estrategia detrás, ni tienen ese potencial adictivo, por lo que no generan la misma intensidad de respuesta en nuestro cerebro. Un dato interesante a destacar es que recientemente, la empresa Meta (dueña de Facebook e Instagram) fue demandada en Estados Unidos por promover de manera consciente el uso adictivo y compulsivo de las redes sociales entre los más jóvenes.

En resumen, las diferencias que encontramos entre la liberación de la dopamina en actividades placenteras del día a día y en el uso de las redes sociales pueden estar relacionadas con la cantidad y la naturaleza de las recompensas, la interacción y la validación social, la frecuencia de la estimulación, y la sorpresa e imprevisibilidad de las recompensas. Estas plataformas están diseñadas meticulosamente para ser agradables, atractivas y estimulantes. Cuanto más las utilicemos, mayores ganancias tienen sus desarrolladores.

Si son tan adictivas, ¿por qué puede llegar a ser negativo el abandono de su uso?

En primer lugar, debemos aclarar que el cese de su uso no es negativo, sino que puede desencadenar algunos efectos negativos, pero el fin es positivo.
Como cualquier otra dependencia o adicción, cuando las personas dejan de usar las redes sociales pueden aparecer síntomas propios del síndrome de abstinencia. Por ejemplo, como indica el artículo de El País, “…su restricción puede conducir a cierta reducción de las emociones positivas.”, “Lo mismo ocurre en el caso contrario, con la disminución de los sentimientos negativos, al restringir la exposición a experiencias dañinas como las comparaciones sociales, el FOMO, o incluso la intimidación y el acoso.”.

Síntomas que aparecen en la abstinencia a las redes sociales

Los síntomas que aparecen en la abstinencia a las redes sociales no es la misma que en la adicción a la cocaína o a otras sustancias, pero pueden llegar a ser muy graves:

  • Irritabilidad, frustración y/o mal humor.
  • Cambios repentinos en el estado de ánimo.
  • Estrés, nerviosismo y ansiedad por perderse lo que hay en la red (FOMO).
  • Problemas para dormir.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Pensamientos constantes acerca de las redes sociales o los contenidos presentes en ellas.

Como podemos observar, cuando abandonamos el consumo de las redes sociales podemos experimentar síntomas adversos, ya que anteriormente hemos creado una dependencia hacia estas plataformas o dispositivos.

Efectos positivos de la desintoxicación digital

Sin embargo, los efectos positivos que produce en nosotros el abandono de las redes sociales son mucho mayores. Si tenemos una dependencia a estas plataformas, el cese de las mismas puede aportarnos los siguientes beneficios:

  • Mejora en la calidad de las relaciones interpersonales, aumentando las relaciones “en carne y hueso”, profundizando en las conexiones y construyendo relaciones más fuertes y sanas.
  • Mejora en la calidad y la cantidad del sueño. Normalmente, las personas que tienen una dependencia a las redes sociales suelen usarlas antes de irse a dormir, repercutiendo así en el ritmo circadiano. Cuando se cambia esta conducta por otra como escuchar música o leer antes de irse a dormir, la calidad del sueño mejora considerablemente, mejorando también la salud mental y física global.
  • Reducción del riesgo de desarrollar un trastorno de la conducta alimentaria. Las redes sociales están impregnadas de contenido relacionado con la cultura de la dieta y de la delgadez, promoviendo cuerpos muy delgados o muy musculados, la mayor parte de ellos conseguidos mediante aplicaciones como Photoshop. La población más joven tiende a seguir a personas con este perfil de ideal de belleza, generando una insatisfacción con ellas mismas debido a la comparación constante y la exposición diaria a un ideal de belleza inalcanzable. Cuando dejan de exponerse a este contenido, sus referentes cambian y se reduce esta comparación tan dañina que afecta a tantas adolescentes actualmente. Aprenden a valorarse a sí mismas sin depender de la aprobación online, lo que contribuye a una mayor autoestima.
  • Aumento del tiempo libre para dedicarlo a hobbies, amistades, familia y otras actividades de enriquecimiento y crecimiento personal.
  • Aumento del rendimiento académico y profesional.
  • Mayor privacidad. Abandonar las redes sociales conlleva una mayor privacidad para las personas ya que, al no compartir de forma constante detalles de sus vidas, se puede conseguir cierto grado de anonimato y reducir la exposición a riesgos relacionados con la privacidad.

Por lo tanto, podemos concluir que, aunque el abandono del uso de las redes sociales puede provocar algunos efectos negativos propios del síndrome de abstinencia, estos efectos permanecerán a corto plazo. Mientras tanto, la persona experimentará numerosos efectos beneficiosos e incrementará el grado de salud física y mental.

En muchas ocasiones, las personas no son capaces de reducir el uso o abandonarlo por ellas solas. En estos casos, es recomendable acudir a un especialista para que nos acompañe en el proceso a la vez que nos ofrece herramientas y nos orienta con el fin de alcanzar un estado de bienestar completo.

En Orbium contamos con psicoterapeutas especializados en las adicciones a sustancias, las adicciones comportamentales (como son las redes sociales), la ansiedad, el trauma, los trastornos de la conducta alimentaria, la depresión y la patología dual. Si tú o alguien de tu entorno presenta síntomas de dependencia a las redes sociales, no dudes en contactarnos. Te ofreceremos información acerca de la adicción y de nuestras opciones de tratamiento.

Redactado por Marian García, directora de Orbium Desarrollo Madrid.