Inicio » Tratamiento para la depresión mayor

¿Qué son los trastornos depresivos?

La depresión mayor es un trastorno del estado de ánimo. Caracterizado por un sentimiento constante de tristeza, ánimo decaído o deprimido, falta de motivación y ganas para realizar actividades diarias.

La depresión interfiere en todas las esferas de la vida: relaciones sociales, ámbito laboral o escolar, salud mental y física, etc.

Existen diferentes tipos de depresión. Desde la depresión leve, hasta la depresión mayor mencionada anteriormente, o la patología dual en la que conviven dos o más trastornos mentales. Como, por ejemplo, una depresión mayor y un trastorno por uso de sustancias.

A diferencia del trastorno bipolar, la depresión no suele contar con episodios de manía o hipomanía regulares.

Existen etapas tristes de la vida, donde nuestro estado de ánimo se encuentra decaído durante un periodo de tiempo específico, pero se pueden seguir realizando las tareas del día a día.

Estas etapas, requieren una intervención más breve y suelen presentarse debido a crisis adaptativas, experiencias concretas negativas o duelos. No debemos confundir estas etapas con el desarrollo de una depresión mayor, que necesita un tratamiento psicológico más específico.

Por esta razón, el diagnóstico de depresión debe ser realizado por un profesional especializado en salud mental.

Depresión y drogadicción

El trastorno por consumo de sustancias es muy típico en las personas que presentan depresión pudiendo provocar un cuadro de patología dual. En algunos casos, las sustancias consumidas la provocan y en otras ocasiones aparece después, con la abstinencia. Se observan procesos depresivos con las siguientes sustancias: alcohol, anfetaminas, MDMA, cocaína, fenciclidina, inhalantes, opiáceos, sedantes, hipnóticos o ansiolíticos, entre otras.

En general, las adicciones sin sustancias como la adicción al sexo, la ludopatía, las compras compulsivas o la tecnoadicción cursan frecuentemente con procesos depresivos o maniacos.

En Orbium contamos con tratamientos específicos para la patología dual, ya que es muy frecuente entre las personas que presentan trastornos adictivos.

Características de los trastornos depresivos

Las características principales de la depresión son las siguientes:

  • La persona presenta un estado de ánimo deprimido durante la mayor parte del día, sintiéndose triste, vacía, sin ganas de hacer nada.
  • Pérdida de interés o placer por la mayor parte de actividades del día a día.
  • Reducción considerable de peso sin realizar dietas hipocalóricas o aumento considerable de peso; disminución o incremento del apetito durante un largo periodo de tiempo.
  • Insomnio o hipersomnia.
  • Agitación o retraso psicomotor notable.
  • Sensación de fatiga o poca energía a diario.
  • Reducción de la capacidad para concentrarse, pensar, tomar decisiones, etc.
  • Sentimiento de culpabilidad e inutilidad constante y baja autoestima.
  • Pensamientos de muerte o ideas suicidas recurrentes (sin plan determinado) o intentos de suicidio planificados.

Entre los principales factores de riesgo destacan:

  • Predisposición genética.
  • El postparto.
  • La edad adolescente y adultos mayores.
  • Las familias desestructuradas.
  • El bajo nivel socioeconómico.
  • La exclusión social, pertenecer a los colectivos más vulnerables, (mujeres, personas racializadas, personas del colectivo LGTBI+, etc)
  • Vivencias que provocan estrés postraumático. Ser víctima de violencia, de desastres naturales o sufrir la pérdida de algún familiar, también son factores de riesgo para el desarrollo de la depresión.

Los principales síntomas depresivos son los siguientes:

  • Físicos: Pueden presentarse alteraciones en la higiene del sueño (insomnio o hipersomnia). En la alimentación (reducción o aumento de apetito y peso), o en la motricidad (agitación o retraso psicomotor, sensación de fatiga).
  • Psicológicos: La persona presenta un sentimiento constante de tristeza junto con culpabilidad o inutilidad. También pueden aparecer pensamientos de muerte o ideaciones suicidas recurrentes (con o sin plan de consecución) e intentos de suicidio o suicidios consumados.
  • Conductuales: La persona muestra falta de motivación y desinterés por las actividades que anteriormente le generaban satisfacción.
  • Sociales: La persona tiende al aislamiento, viéndose deterioradas las relaciones sociales.
  • Cognitivos: Aparece una reducción en la capacidad de concentración, de pensamiento y de la toma de decisiones.

Nuestro tratamiento para la depresión

La depresión clínica tiene tratamiento. Comenzamos con una evaluación completa del individuo para ofrecer un tratamiento especializado.

Después, dependiendo de las circunstancias de su situación actual, se realizan intervenciones cognitivo-conductuales. Las personas en tratamiento participan en actividades grupales, de desarrollo y auto-conocimiento, mindfulness y terapia psicológica EMDR. Todas estas terapias para la depresión han demostrado ser eficaces en la recuperación y el tratamiento de esta.

En ciertas ocasiones, dependiendo de la gravedad de la depresión o de la existencia de otro trastorno, las personas requieren un tratamiento farmacológico junto con el psicológico.

No obstante, la medicación debe administrarse bajo supervisión médica, ya que pueden aparecer efectos secundarios no deseados a largo o corto plazo.

Si tú o alguien de tu entorno muestra síntomas de depresión o cualquier otro trastorno del estado de ánimo. No dudes en ponerte en contacto con nosotros. Te ofreceremos toda la información necesaria acerca de la depresión mayor y de nuestro tratamiento.

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