Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) son todos los instrumentos, procesos y soportes destinados a mejorar y optimizar la comunicación humana. La tecnociencia ha evolucionado considerablemente, permitiendo que las TIC formen parte de nuestro día a día, ofreciéndonos numerosas ventajas en prácticamente todos los ámbitos: social, laboral, económico…

Pero, a pesar de ser una herramienta bastante útil, su uso también presenta consecuencias negativas. Durante los últimos años, la tecnoadicción ha ido cobrando mayor prevalencia en nuestra sociedad. Antes de sumergirnos en este término, es importante distinguir entre adicción a las nuevas tecnologías y uso responsable de las mismas.

Tecnoadicción

Hacer un uso responsable de las nuevas tecnologías implica dedicar una determinada parte de nuestro tiempo a estas. Solemos hacerlo por placer, entretenimiento, o alguna otra causa que nos produzca agrado, sin desplazar otras actividades importantes de nuestra rutina. Cuando su uso comienza a estar más presente en el día a día, como consecuencia se desplazan otras actividades importantes o comunes de la persona y se empiezan a usar las TIC de manera excesiva, factor de riesgo para el desarrollo de la tecnoadicción.

Por otro lado, cuando hablamos de tecnoadicción, nos referimos a la necesidad constante de utilizar las TIC de manera compulsiva y excesiva, ya que, si no lo hacen, las personas experimentan una sensación de malestar intenso y ansiedad, similar al síndrome de abstinencia que aparece en las adicciones a sustancias. Esta sensación se suaviza cuando se vuelven a usar los dispositivos. Además, las personas adictas dejan de recurrir a estas herramientas por placer (como lo hacían en un principio) y empiezan a hacerlo por ‘necesidad’.

 

Tipos de tecnoadicción

Las tecnoadicciones han sido complicadas de definir por parte de la comunidad científica, ya que existen diversas expresiones del problema: adicción a internet, casinos online, videojuegos, redes sociales, aplicaciones… De esta manera, encontramos numerosos subtipos de la tecnoadicción:

Causas

  • Para empezar, debemos saber que hay personas con mayor predisposición a desarrollar la adicción: personas introvertidas, con ansiedad social o carencia de habilidades sociales, con depresión, aquellas que han sufrido acoso, maltrato, bullying, etc. Esto sucede porque internet les ofrece la posibilidad de crear o mantener relaciones sociales sin necesidad de interactuar ‘cara a cara’ con las personas, pudiendo hacerlo de forma online. Claramente, esto puede ser beneficioso en ocasiones puntuales, ya que permitirá a las personas seguir relacionándose. No obstante, si se mantiene en el tiempo sin ninguna intervención, puede provocar un aumento de distintos factores nocivos como la ansiedad, soledad, aislamiento, deterioro de la salud del individuo y de su calidad de vida.
  • El crecimiento vertiginoso de la tecnociencia nos obliga a tener contacto con las TIC constantemente, y en numerosas ocasiones el conocimiento de su funcionamiento se vuelve imprescindible y obligatorio para situaciones como conseguir un empleo, pertenecer a un grupo social o estudiar. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), ‘En el año 2020 en España, el 93,2% de la población de 16 a 74 años ha utilizado Internet en los últimos tres meses, 2,5 puntos más que en 2019. Esto supone un total de 32,8 millones de usuarios’. Como podemos observar, las TIC ya están muy arraigadas en nuestra sociedad, ya forman parte de nosotros/as, nuestra cultura y valores.
  • Otros factores que influyen en la aparición de estas adicciones son: la facilidad de acceso, la inmediatez, la posibilidad de conectarse a cualquier hora y encontrar cualquier tipo de contenido, la recompensa que nos ofrece a nivel neuroendocrino (liberación de hormonas como la dopamina), desafío, niveles crecientes de dificultad, desconexión de la realidad, anonimato, etc.

Síntomas

  • Deseo intenso o necesidad de utilizar los aparatos tecnológicos o conectarse a internet.
  • Disminución de la capacidad de controlar el tiempo dedicado a las TIC. Por lo tanto, se empieza a hacer un uso excesivo y poco saludable de ellas.
  • Ansiedad, estrés e inquietud al no poder acceder a las TIC o conectarse a internet.
  • Necesidad de obtener lo más ‘novedoso’ y ‘actual’ del mercado de las TIC.
  • Desplazamiento de actividades que no implican un aparato tecnológico.
  • Aislamiento social, problemas en el trabajo, en la familia…
  • Pueden aparecen trastornos del sueño, de la alimentación, depresión, problemas de autoestima…
  • Disminución de actividades o hábitos saludables: actividad física, alimentación, socialización, descanso, etc.
  • Mentir sobre el tiempo que se le dedica a las TIC e internet.
  • Negar la existencia del problema hacia el uso excesivo de estos dispositivos.

Hábitos o pautas para evitar la tecnoadicción

Como ya hemos mencionado anteriormente, las TIC pueden llegar a ser problemáticas, llegando a afectar gravemente a la salud de la población. No obstante, no dejan de ser herramientas útiles para el avance en muchos ámbitos, y por lo tanto debemos ser críticos a la hora de hablar de ellas y de su uso.

El gran problema reside en la casi inexistente educación que recibe la población sobre el uso de las nuevas tecnologías. La mejor técnica para convivir de manera saludable y sostenida en el tiempo con ellas es conocer cómo y cuál es su uso responsable y visibilizar que su uso excesivo puede conllevar un deterioro drástico de la salud, tanto física como mental, pudiendo incluso desembocar en una patología. Por lo tanto, debemos adoptar medidas de prevención para no caer en la adicción y poder utilizar estas herramientas de forma segura, útil y beneficiosa.

Por parte de la familia, amistades o tutores legales, podemos enseñar a crear una buena relación con los dispositivos electrónicos e internet. Para ello, recomendamos:

  • Fijar un tiempo aproximado para el uso de los dispositivos, limitando su uso por la noche para prevenir trastornos del sueño. En la actualidad existen aplicaciones con la opción de avisar si se ha superado un límite de tiempo previamente establecido. Activar estas notificaciones puede ayudarnos a ser conscientes del tiempo que le dedicamos a las nuevas tecnologías y limitarlo.
  • Fomentar la relación con otras personas ‘cara a cara’: Es importante que la población (sobre todo los más jóvenes) socialicen sin la presencia de las TIC, ya que de esta manera podrán desarrollar habilidades sociales, lo cual tendrá gran impacto en el desarrollo de la personalidad y en otros aspectos de la vida.
  • Potenciar y estimular otras actividades: lectura, instrumentos, cine, cultura, arte, deporte, naturaleza, actividades en equipo…
  • Observar los cambios en la vida: Cuando aparece una tecnoadicción, las actividades cotidianas que se solían realizar se ven desplazadas por el uso de las nuevas tecnologías. Así, si observamos que alguien de nuestro entorno deja de quedar con sus amistades, de realizar deporte o de hacer otras actividades cotidianas, aconsejamos observar si el tiempo que le dedica a las nuevas tecnologías ha incrementado.

Tratamiento

El tratamiento se aborda desde un enfoque cognitivo conductual y un enfoque sistémico, con el fin de gestionar la impulsividad, los hábitos tóxicos o no saludables, las emociones, la socialización y el desarrollo personal.

Es importante saber que en este tipo de adicciones no se podrá alcanzar la ‘abstinencia total’ como ocurre en las adicciones a sustancias. Esto se debe, como ya hemos mencionado, a que las nuevas tecnologías están muy arraigadas en nuestra sociedad y es difícil no tener contacto con ellas. De esta manera, la terapia se enfocará en alcanzar el control de la conducta hacia las TIC o internet mediante el aprendizaje de control de estímulos y exposición progresiva a situaciones de riesgo.

Referencias