El uso de las Redes Sociales como TikTok, Instagram, Facebook o Twitter cada vez es más frecuente entre la población joven, llegando a ser altamente peligrosas en algunas ocasiones, como sucede con los retos virales. Ya es normal encontrar noticias trágicas causadas por la realización de estos retos, como el truco de la cafetera con leche y chocolate que, además de suponer un peligro de seguridad alimentaria, ha causado la explosión de muchas cafeteras; o el ‘One Chip Challenge’ que consiste en ingerir un totopo y aguantar el picor del alimento el mayor tiempo posible, lo que ha causado varias hospitalizaciones.

 

Con el fin de concienciar acerca de los riesgos del mal uso de las redes sociales, la cadena de Radiotelevisión Española (RTVE.ES) entrevistó a Marian García, psicóloga especializada en adicciones y directora del Centro de Adicciones Orbium Desarrollo.

Los menores no tienen suficiente capacidad crítica para seleccionar y entender lo que sucede. Junto con la influencia del medio, esto hace que la toma de decisiones esté muy condicionada.’ Recalca Marian García.

Los jóvenes que hacen vídeos virales tienen como principal objetivo ganar popularidad, llegar a ser más conocidos y resaltar entre los demás, ya que durante esta época es muy importante la sensación de pertenencia a un grupo, por lo que, a mayor popularidad, mayor aceptación.

Esto conlleva un gran riesgo, como hemos visto en las noticias anteriores. Además, se le suman otros factores como la sobreexposición, las críticas externas, la comparación con los demás, el desarrollo de trastornos mentales como los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) o las adicciones, entre otros.

El problema de los jóvenes y las redes sociales

ADICCIÓN A LAS REDES SOCIALES ENTRE LOS JÓVENES

El teléfono móvil o ‘smartphone’ ha pasado a ser una extremidad más de nuestro cuerpo. Hemos normalizado el ver constantemente a las personas más jóvenes usar el móvil en todo momento. Incluso nos sorprendemos si una persona está leyendo un libro físico en el transporte público en vez de estar mirando una pantalla.

Esto supone un gran problema a nivel global, pero resalta en los colectivos más jóvenes. A pesar de ser una herramienta útil para la búsqueda de información y el contacto con otras personas, el uso prolongado de las redes sociales puede provocar una adicción comportamental, donde la persona es incapaz de controlar el tiempo dedicado a estas plataformas y sufre cuando no puede usarlas.

CARACTERÍSTICAS ADICTIVAS DE LAS REDES SOCIALES

Marian García recalca diversas características que poseen estas plataformas que las hacen tan atractivas y peligrosas, sobre todo al público joven:

  • Están funcionando todo el día, podemos conectarnos a cualquier hora. No nos sentimos solos en ningún momento, o eso pensamos.
  • Están diseñadas de tal manera que sea complicado abandonarlas, ya que recomiendan constantemente contenido ajustado a tus gustos y preferencias (gracias a un algoritmo bastante preciso).
  • Las redes sociales se actualizan constantemente, por lo que cada poco tiempo hay nuevas características, nuevos filtros, nuevas herramientas, etc. Siempre hay algo nuevo que puede llamarnos la atención.
  • Los ‘likes’ y los comentarios inciden en nuestro sistema de neurotransmisores. Cuando recibimos una notificación positiva, nuestro cerebro libera dopamina, implicada en la regulación anímica. Por esta razón, cuando dejamos de usar las redes sociales o no alcanzamos el número de ‘likes’ o comentarios que queremos, aparecen síntomas del síndrome de abstinencia como la ansiedad, tristeza, síntomas desanimo, depresión, irritabilidad, inseguridad o agresividad. Esto es un claro indicador de que hay un problema de conducta hacia el teléfono o las redes sociales.
  • La edad de inicio de las RRSS cada vez es menor. El Reglamento Europeo establece que la edad mínima para tener una cuenta en cualquier red social es de 16 años. No obstante, también recalca que los Estados Miembro pueden establecer cualquier límite de edad a partir de los 13 años. En España, según la Ley de Protección de Datos regulado en el artículo 13 del Real Decreto 1720/2007 del 21 de diciembre, el límite se establece en los 14 años. Los jóvenes menores de 14 años deben presentar un consentimiento expreso de sus padres o tutores legales para crearse una cuenta en una red social. A partir de los 14 años, los menores pueden gestionar sus datos personales en entornos web sin consentimiento paterno, según indica la ley. A pesar de estas recomendaciones, muchos jóvenes empiezan a usar estas plataformas alrededor de los 8 años.
  • Al poder charlar con cualquier persona (ya sea mediante comentarios, mensajes directos o chats), las amistades presenciales se ven suplementadas por las virtuales, por lo que pasan a ser más superficiales.

¿QUÉ DEBEMOS HACER LOS PADRES Y LAS MADRES?

Los padres, las madres y tutores legales debemos vigilar a los menores. Es importante saber que los menores no saben diferenciar entre el contenido útil y el peligroso, debemos enseñárselo nosotros. Con el fin de prevenir posibles problemas, debemos tener mucha presencia y ser los conductores de nuestros/as hijos/as.

Si nuestro/a hijo/a es menor de edad, tendremos que acceder a lo que está haciendo con el fin de evitar posibles riesgos para su integridad. Es importante que estemos atentos del acoso que sufren, ya que el ciberbullying es muy común en estos rangos de edad y los menores no suelen pedir ayuda hasta que ya es tarde.

Para evitar el desarrollo de conductas patológicas hacia las redes sociales, es importante poner límites horarios de uso y límites de contenido.

Como bien recalca Marian García al final de la entrevista, en ocasiones no queremos ver lo obvio y nos excusamos en que ‘lo hacen todos’ o ‘si no se enfada conmigo’, pero debemos individualizar el caso de nuestros hijos e hijas, ser objetivos y actuar por el bien de su salud e integridad global.

Si tu hijo/a presenta síntomas de dependencia hacia el teléfono móvil, Internet o las Redes Sociales, no dudes en contactarnos. Te ofreceremos información acerca de la adicción y de nuestras opciones de tratamiento.