Inicio » Bienestar » ¿Por qué pensamos que es bueno el cannabis?

El consumo de cannabis está extendido y normalizado, la sociedad generalmente tiene una percepción de riesgo respecto al consumo de cannabis muy baja, lo que ha cambiado las formas y actividades de ocio. A ello contribuyen los medios de comunicación e incluso algunos profesionales, que han trasladado la opinión de forma pública acerca de que fumar porros de forma recreativa es inocuo. De igual forma, en redes sociales y personajes públicos muestran públicamente opiniones favorables acerca del consumo, dejando de lado los efectos adversos que conlleva, lo que ha provocado que se banalice el consumo. Sin embargo, cualquier consumo de cannabis implica un riesgo, aunque se consuma en situaciones de diversión u ocio, que varía en función de diversos factores tales como la edad, frecuencia, cantidad, etc.

¿Por qué pensamos que el cannabis es bueno?

 

Es frecuente que el consumo de cannabis comience en jóvenes y adolescentes, debido a creencias tales como que no es tan peligroso, es común y frecuente, o es algo transitorio. Sin embargo, los mitos acerca del cannabis conducen a que no se frene el consumo y se desarrolle una adicción. El inicio del consumo suele darse frecuentemente con fines lúdicos o debido al disgusto de los jóvenes consigo mismos o con el medio social y familiar de su entorno, dejándose atraer por la vía fácil de escape de una realidad que les agobia, puesto que el efecto de la marihuana se percibe como placentero y relajante. Sin embargo, ese efecto es fugaz y las posteriores consecuencias conllevan a agravar el problema inicial que condujo a probarla, así como al surgimiento de otros posibles problemas.

¿Qué riesgos implica el consumo de cannabis?

Algunos de los impactos que el consumo de cannabis tiene en la salud son los siguientes:

  • Desarrollo de una adicción a la marihuana, en la que la persona necesita la sustancia para lograr bienestar, disminuyendo la libertad de la persona afectada. Esto se puede observar en nuestra sociedad, ya que ha habido un incremento en el número de tratamientos a causa del consumo de cannabis.
  • Trastornos derivados del consumo del cannabis, tales como la psicosis o la esquizofrenia.
  • Aumento de trastornos de ansiedad, depresivos y del sueño.
  • Problemas sociales y familiares.
  • Daño cognitivo en el aprendizaje, toma de decisiones, memoria, etc.
  • Enfermedades cardiovasculares y respiratorias.

Cantidades y frecuencia, ¿cuándo deja de ser bueno?

Las diferencias en cuanto a la frecuencia y la cantidad del consumo de cannabis repercuten en la gravedad de los efectos adversos, existiendo una relación directamente proporcional entre ellos: cuanto mayor y más frecuente sea el consumo, más perjudiciales serán las consecuencias. Esto también se relaciona con la edad en la que se inicia el consumo y la potencia de la sustancia (cada vez es mayor el porcentaje de THC en la marihuana). No obstante, los riesgos del consumo existen siempre, indiferentemente de si el consumo es esporádico, frecuente o diario.

Además, hay que tener en cuenta que la tolerancia, es decir, la dosis de la que depende la persona para experimentar los efectos, necesita ser cada vez más elevada, lo que aumenta exponencialmente los riesgos asociados al consumo de cannabis.

¿Por qué afecta de forma diferente a las personas?

El cannabis puede afectar a cada persona de una forma muy distinta, algunos pueden experimentar sensaciones gratificantes que pueden o no derivar en una adicción, mientras que otras personas pueden experimentar ansiedad, problemas cognitivos e incluso paranoia o un incremento del riesgo de desarrollar esquizofrenia. Esto se debe a las diferencias en cada persona en función de su genética y componentes biológicos, la potencia de la sustancia, la forma de consumo, si se combina o no con otras drogas, etc.

Otros factores como el estilo de vida, la dieta, la exposición al estrés o la calidad de sueño también repercuten en cómo la sustancia reaccionará en cada organismo. Por ejemplo, una persona con una dieta sin ácidos grasos esenciales se verá más afectada por el cannabis, teniendo mayor predisposición a desarrollar episodios de ansiedad y psicosis.

Los estudios realizados indican que las sensaciones gratificantes o negativas se producen en regiones cerebrales diferentes, por lo que los diferentes efectos en los individuos se deben a la variabilidad genética que lleva a la activación tras el consumo del cannabis de una u otra área.

¿Salud o enfermedad?

Como hemos mencionado anteriormente, el consumo de cannabis cada vez está más extendido debido a sus ‘propiedades saludables’ e ‘inocuidad’, dejando a un lado las graves consecuencias que puede tener en la salud de las personas.

Es cierto que algunos cannabinoides provenientes de estas plantas cada vez disponen de más evidencia científica que destaca una gran variedad de efectos beneficiosos para la salud, como es el CBD. No obstante, este compuesto difiere del THC que suele estar presente en grandes cantidades en los productos que se consumen habitualmente. También hay que tener en cuenta la forma de consumo: todo compuesto que se fume va a ser perjudicial para el sistema respiratorio y cardiovascular, por lo que no tendrá el mismo efecto un porro con alto contenido en THC que unas gotas sublinguales de CBD.

Como conclusión, conviene destacar la importancia de diferenciar los distintos compuestos y su forma de consumo, ya que existen grandes riesgos asociados a estas sustancias como son la paranoia, la ansiedad, la esquizofrenia o la adicción, cada vez más comunes entre los consumidores de cannabis.

Si tú o alguien de tu entorno presenta síntomas de adicción al cannabis, no dudes en ponerte en contacto con nosotras. Desde Orbium te ofreceremos información acerca de esta adicción y de nuestros tratamientos.

Daniela Sedano, Psicóloga en periodo de prácticas en Orbium.

Referencias:

Isorna, M. (2020). EL CONSUMO DE CANNABIS DESDE LA EVIDENCIA CIENTÍFICA: EL PELIGRO DE BANALIZAR EL CONSUMO Y RIESGOS DE UNA POSIBLE LEGALIZACIÓN O REGULARIZACIÓN. Health & Addictions/Salud y Drogas, 20(1).

Royo, M. P. N., & Fischman, A. (2018). Potenciales riesgos y beneficios de la marihuana y su legislación. ARS MEDICA Revista de Ciencias Médicas, 43(3), 77-84.

Berastegi, X. A., & Mancebo, I. G. (2005). Documento técnico para un debate social sobre el uso normalizado del cannabis. Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco.NIDA.

2019, Octubre 21. La marihuana – DrugFacts. Retrieved from https://nida.nih.gov/es/publicaciones/drugfacts/la-marihuana 2022, March 8

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