¿Qué es la adicción a los opioides?

El opio es conocido desde la antigüedad por tener efectos analgésicos y ser usado para el dolor crónico. Hoy lo es también por su elevado potencial adictivo. En Estados Unidos se denomina crisis de opioides o epidemia de opioides al gran aumento de drogadictos y muertes asociadas al uso indebido de analgésicos opioides como el fentanilo o el tramadol, normalmente recetados por el médico para el dolor.

Los opioides o narcóticos son un grupo amplio de medicamentos analgésicos que interactúan con los receptores de opioides de las células. Actualmente, además de la morfina, se utiliza opio sintético como analgésico fuerte contra el dolor en medicamentos habituales entre los que se encuentran la oxicodona, hidrocodona, fentanilo y tramadol.

Todos conocemos la heroína (sustancia ilegal psicoactiva que viene de la morfina, obtenida del capullo de la amapola o adormidera asiática), que en cualquiera de las formas de consumo llega al cerebro de forma muy rápida, lo que la hace muy adictiva y por lo que es considerada como una de las más peligrosas. Ahora se han unido otros opiáceos a los que muchas personas llegan tras sufrir dolores intensos.

Cuando los opioides se distribuyen por la sangre y se unen a los receptores de opioides en las neuronas cerebrales, se liberan endorfinas artificiales que amortiguan la percepción del dolor y aumentan la sensación de placer.

Entre los medicamentos opiáceos están: Opio, Codeína, Fentanilo, Heroína, Hidrocodona y Oxicodona, Hidromorfona y Oximorfona, Metadona, Morfina y Tramadol.

En dosis bajas, el consumo de opioides tiene efectos secundarios como somnolencia, niebla mental, náuseas y estreñimiento, pero las dosis más altas pueden disminuir la frecuencia cardíaca y respiratoria a tal nivel, que incluso pueden causar la muerte.

¿Cómo detectar síntomas de adicción a opioides?

Los síntomas de adicción a opioides (trastorno por consumo de opioides) son físicos, conductuales y psicológicos.

El primer síntoma es no poder dejar de consumir a pesar de que se ha superado el tiempo del tratamiento (los tratamientos recetados son cortos, salvo en enfermedades graves), o se consume más de la cantidad recetada por su médico. Además, se observa respiración superficial o lenta, irritabilidad, agitación física, alta ansiedad, abandono de responsabilidades laborales y familiares, cambios de estado emocional, baja motivación, tristeza y apatía.

El síndrome de abstinencia provoca sudoración, náuseas y vómitos, escalofríos, diarrea, temblores y dolor abdominal. Se puede observar además respiración y pulso muy lento e irregular, vómitos, desmayo y pupilas pequeñas. En estos casos se debe avisar a una ambulancia lo antes posible.

Tratamiento para la adicción a opiáceos

Para la parte de dependencia física se prescriben medicamentos como metadona, buprenorfina y naltrexona. Influirá la cantidad de opiáceos que se consuma y la tolerancia que se tenga.

Para la dependencia psicológica se trabaja en grupos terapéuticos y en psicoterapia individual. Comenzamos con un abordaje basado en la terapia cognitivo-conductual para cambiar los hábitos de vida, entender lo que le está pasando y cómo funciona la enfermedad. También se implementa el mindfulness para reducir la ansiedad. Después, conforme se consolida la abstinencia, se incorpora el abordaje de otras esferas como autoestima, identidad, socialización y proyecto de vida. Tras el cumplimiento del tratamiento, la persona notará un cambio considerable, al reducirse el deseo de consumir y los síntomas de abstinencia.

El mindfulness y la terapia de grupo son herramientas muy eficaces para la ansiedad y la gestión de:

  1. Cambio perceptual en la manera de responder ante estímulos sensoriales y cognitivo-afectivos.
  2. Reducción de los síntomas de recaída y abstinencia.
  3. El foco de atención que se encontraba orientado externamente hacia el estrés y el dolor cambia hacia los recursos atencionales internos.
  4. Reducción de la importancia otorgada a la recompensa inmediata.
  5. Regulación de los estados emocionales.
  6. Desarrollo de la capacidad para detectar y modular los impulsos mentales.
  7. Reducción de la activación automática por medio de las respiraciones conscientes (base de la práctica de mindfulness), estimulando el funcionamiento prefrontal y el nervio vago.

El tratamiento es ambicioso ya que deben incorporarse nuevos hábitos de vida, nuevas actividades de ocio, nuevas creencias respecto a uno mismo, habilidades para afrontar problemas, para relacionarse con los demás, para comprender las necesidades propias y para tener un proyecto de futuro saludable y que ofrezca bienestar.

Si tú o algún conocido tiene dependencia a opiáceos, es importante no tirar la toalla y buscar ayuda, ya que el camino es seguro y la meta es la vida. No dudes en contactarnos, te ofreceremos información acerca de la adicción, así como de nuestras opciones de tratamiento.

Contacta con nosotros

Cuéntanos en qué podemos ayudarte, la primera consulta es gratis