La hipersomnia, también conocida como somnolencia diurna excesiva hace referencia a la sensación subjetiva de sueño a horas poco comunes para la persona, que ocurre a diario durante al menos tres meses. La somnolencia hace referencia a la sensación de cansancio, sueño y pesadez, además de la torpeza en los movimientos y sentidos. Además, afecta a la concentración, la memoria y el humor, repercutiendo considerablemente al día a día de la persona.

En la mayor parte de casos, la hipersomnia aparece como consecuencia de otra enfermedad o patología, por lo que el tratamiento irá encaminado a detectar el problema principal para disminuir sus síntomas.

Persona con hipersomnia

Síntomas

  • Hipersomnolencia: Sensación constante o excesiva de cansancio, sueño y pesadez, además de la torpeza en los movimientos y sentidos.
  • Sueño insuficiente: Es el síntoma más frecuente de la hipersomnia y suele suceder como consecuencia de una mala higiene del sueño. Las recomendaciones de sueño para una persona adulta son entre 7-8 horas, por lo que si se duerme menos durante un largo periodo de tiempo pueden aparecer trastornos del humor, cognitivos, falta de concentración, fatiga crónica, etc.
  • Sueño fragmentado: Como ya mencionamos en este artículo, la calidad del sueño importa tanto como la cantidad. Por esta razón, la fragmentación del sueño puede ser un desencadenante de la hipersomnia. El sueño puede fragmentarse por tiempos de vigilia prolongados o cortos y leves (desapercibido por la persona). Las siguientes enfermedades se han asociado a la fragmentación del sueño: artritis, epilepsia, enfermedades respiratorias, disfunción urinaria, trastornos gastrointestinales o dolores de cualquier naturaleza.

 

Causas:

La hipersomnia puede aparecer como consecuencia de una gran cantidad de condiciones médicas:

  • Trastornos del sueño: insomnio, apnea obstructiva del sueño, trastornos del sueño del ritmo circadiano, síndrome de piernas inquietas…
  • Síndrome postraumático
  • Por el consumo de ciertas drogas o medicamentos.
  • Trastornos neurodegenerativos
  • Trastornos genéticos
  • Trastornos metabólicos y endocrinos: hipotiroidismo, deficiencia de hierro y vitamina D.
  • Trastornos psiquiátricos: depresión mayor, distimia, trastorno bipolar y trastornos afectivos, entre otros.
  • Narcolepsia: Se trata de una enfermedad crónica perteneciente a las hipersomnias de origen central, causada por la alteración de los mecanismos encargados de regular el sueño: sistema orexinérgico/hipocretinérgico. Se caracteriza por una excesiva somnolencia diurna, debilidad muscular, alteraciones del sueño, alucinaciones hipnagógicas y parálisis del sueño. En esta enfermedad la persona entra en fase REM de manera muy rápida, en 1-10 minutos, cuando lo común son los 50 minutos.

Tratamiento

A la hora de tratar la hipersomnia o cualquier otro desorden del sueño es primordial encontrar el detonante principal del problema y tratarlo.

El tratamiento no farmacológico de la hipersomnia incluye una mejora de la higiene del sueño, la programación de siestas durante el día, la implementación de una alimentación saludable y la práctica regular de ejercicio físico.

  • Higiene del sueño: Abarca un conjunto de prácticas y hábitos necesarios para conseguir un buen descanso. En este artículo hablamos de la higiene del sueño y cómo mejorarla.
  • Siestas durante el día: Se ha demostrado que las siestas reducen la somnolencia diurna sin impactar negativamente en la calidad del sueño nocturno. Estas siestas deberán ser de 15-20 minutos y nunca superar la media hora. Es importante saber que la programación de las siestas diurnas es efectiva en la narcolepsia, pero puede ser contraproducente en otras hipersomnias. Por esta razón es recomendable acudir a un especialista si empezamos a detectar síntomas de hipersomnia.
  • Alimentación saludable: Cómo nos alimentamos repercute significativamente en muchos aspectos de nuestra vida. Una alimentación saludable, suficiente y equilibrada ayuda a mantener la homeostasis de los mecanismos de nuestro organismo, como, por ejemplo, del sistema endocrino (hormonal). Adoptar una alimentación sana será más efectiva para conseguir un descanso óptimo que una alimentación insana, incompleta o insuficiente.
  • Actividad física regular: El ejercicio físico también nos ofrece multitud de beneficios e interviene en la regulación de muchos mecanismos del organismo. Por el contrario, el sedentarismo puede conllevar al desarrollo de malos hábitos y mala higiene del sueño. Al no encontrarnos cansados, nos costará tener sueño y dormir. Esto resultará en acostarse a horas muy tardías y desequilibrar nuestros ritmos circadianos. En este artículo hablamos sobre la importancia del ejercicio en la salud mental.

Si no se produce una mejora de la calidad y cantidad del sueño tras haber implementado estos nuevos hábitos saludables y haber empezado el tratamiento del detonante de la hipersomnia, entonces se valorará la opción de comenzar un tratamiento farmacológico.

Referencias