Hay ciertas actividades que realizamos en el día a día y nos producen placer: comer, socializar, tener relaciones sexuales… Esto sucede gracias a la liberación de ciertos neurotransmisores en nuestro cerebro, que identifica las conductas beneficiosas y las refuerza mediante un sistema de recompensa.

Para entenderlo, vamos a explicar el funcionamiento de este sistema:

Nuestro cerebro se compone de muchas neuronas que se comunican mediante potenciales de acción que viajan a través de los axones hacia las terminaciones nerviosas, donde se liberan los neurotransmisores a la hendidura sináptica, el espacio existente entre neuronas. Cada neurotransmisor se une a un receptor de la siguiente neurona y produce una señal en ella, transmitiendo así la información.

La dopamina y el papel que tiene en las adicciones

En los principales sistemas de recompensa destaca el neurotransmisor dopamina, cuya función es avisar de que una situación o sustancia es importante para la supervivencia. Así, cuando socializamos y aumenta la liberación de dopamina, el cerebro avisa de que ‘eso es importante’ y a partir de entonces numerosas conexiones de distintos núcleos cerebrales se van generando con la intención de aprender cómo se ha logrado hacer esa interacción social e intentar interiorizarla, para repetirla cada día, creando un hábito.

¿Existe relación entre el consumo de drogas y la liberación de dopamina?

La mayor parte de drogas de abuso también ejercen una acción en este sistema de recompensa, excitando indirectamente a aquellas neuronas productoras de dopamina en el área tegmental ventral y creando potenciales de acción, es decir, los impulsos que viajarán de neurona en neurona. A pesar de actuar de manera distinta, el resultado suele ser el mismo: la dopamina se acumula en la hendidura sináptica en cantidades mayores a lo normal y crea una sobreestimulación de las neuronas, lo que desencadena una sensación de euforia fuerte y duradera.

¿Son las drogas más adictivas que otras recompensas naturales?

Cuando una persona consume de forma continua una droga, el sistema de recompensa se ve afectado y se desensibiliza a los estímulos cotidianos. Esto provoca que el resto de las actividades diarias como son la comida o la actividad física dejen de generar una sensación tan intensa y la motivación para realizarlas vaya disminuyendo hasta erradicarse casi por completo.

Esto explica el por qué cuando una persona desarrolla una adicción empieza a sentirse desganada, apagada, deprimida, sin motivación para hacer aquello que anteriormente le producía placer. Lo único que le genera esa sensación es la droga o el comportamiento adictivo, y con el tiempo puede crear tolerancia, por lo que tendrá que aumentar la dosis para volver a sentir la misma euforia intensa.

Como conclusión, podríamos afirmar que en ocasiones las drogas y los comportamientos adictivos tienen un mayor impacto en el sistema de recompensa comparado con otras actividades cotidianas, aunque es importante tener en cuenta muchos otros factores, además de individualizar cada caso.

Entonces, ¿puedo volverme adicto/a al probar una droga?

Según ‘New Medical Economics’, en 2017 el 75,2% de la población adulta española consumió alcohol. Por esta regla, si cada persona que probase el alcohol se volviese adicta de inmediato, la mayor parte de nuestra población habría desarrollado alcoholismo. Sin embargo, para desarrollar una adicción (comportamental o a una sustancia) no basta con probar un poco, sino que normalmente hace falta repetir el consumo o el comportamiento durante un tiempo determinado.

También es importante tener en cuenta a la predisposición genética de la persona. Aproximadamente el 20% de la población tiene una mayor facilidad a desarrollar una adicción a las drogas que el resto. No obstante, esto no ocurre de forma inmediata, sino que existe una transición entre el momento de prueba, el consumo esporádico y social, y el consumo habitual y compulsivo (adicción). Esta transición del consumo esporádico al habitual sucede cuando se modifica la función normal del cerebro por repetir el consumo de la droga.

Si percibes que tú o alguien cercano a ti cada vez tiene menos motivación para realizar las tareas cotidianas del día a día, a la vez que aumenta el consumo de una sustancia o cierto comportamiento, no dudes en ponerte en contacto con nosotras.

Referencias

Alejandra E. Ruiz Contreras, M. M. (12 de 2010). Brain, drugs and genes. Obtenido de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-33252010000600008

Economics, N. M. (s.f.). Informe 2020 Alcohol, tabaco y otras drogas ilegales en España. Obtenido de https://www.newmedicaleconomics.es/en-portada/informe-2020-alcohol-tabaco-y-otras-drogas-ilegales-en-espana/

NIH. (13 de Oct de 2021). Las drogas, el cerebro y la conducta: la ciencia de la adicción. Obtenido de https://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/las-drogas-el-cerebro-y-la-conducta-la-ciencia-de-la-adiccion/las-drogas-y-el-cerebro