¿Qué es la patología dual?
La patología dual es un término que se refiere a la comorbilidad o presencia al mismo tiempo de dos enfermedades mentales: la adicción y otro trastorno. Es muy habitual que los pacientes adictos presenten otros trastornos al mismo tiempo.
Para el tratamiento de la patología dual, nuestro equipo realiza en el primer momento una valoración y luego interviene de manera integrada con objeto de obtener un resultado positivo rápidamente y que ello suponga una mejora de la calidad de vida del paciente y evite recaídas posteriores.
¿Qué tipos de patología dual son las más frecuentes?
Enfermedades asociadas frecuentemente a pacientes con patología dual:
La depresión es una enfermedad del estado del ánimo con sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad o vacío, desesperanza y/o pesimismo, culpa, inutilidad y/o impotencia, pensamientos negativos y recurrentes de desgracias o muerte, que incapacita para concentrarse, recordar o tomar decisiones. Provoca insomnio o hipersomnia, cansancio, desgana, aumento o pérdida del apetito y del peso, síntomas físicos como dolor de cabeza o irritabilidad.
Es más habitual de lo que se piensa, ya que más del 20% de la población la puede padecer en algún momento de su vida.
Además, tras la pandemia, la depresión y la ansiedad se han visto incrementadas, afectando gravemente a la salud mental de la población general. En este artículo indagamos más sobre el tema.
Tiene una relación muy estrecha con la adicción.
- En algunos casos las sustancias consumidas la provocan y en otras ocasiones aparece después, con la abstinencia. Se observan procesos depresivos con las siguientes sustancias: alcohol, anfetaminas, MDMA, cocaína, fenciclidina, inhalantes, opiáceos, sedantes, hipnóticos o ansiolíticos (entre otras).
- En general, los trastornos por uso de sustancias están relacionados con trastorno del estado de ánimo. Las adicciones sin sustancias como la adicción al sexo, la ludopatía, las compras compulsivas o las nuevas tecnologías cursan frecuentemente con procesos depresivos o maniacos.
- También se observa como una de las causas desencadenantes del inicio de consumo para apaciguar el malestar.
¿Por qué sucede?
No es un estado de tristeza pasajero, sino una enfermedad médica con alteraciones biológicas y psicológicas. Las causas tienen que ver con la combinación de factores genéticos, psicológicos y ambientales. Algunos factores que favorecen su aparición son:
- Alteración en la composición de neurotransmisores del cerebro
- Herencia genética
- Abuso de alcohol y otras sustancias
- Situaciones estresantes
- Cambios estacionales
- Enfermedades graves o crónicas
- El postparto
Se aborda con tratamiento psicofarmacológico: fármacos y psicoterapia.
Muy frecuente en el paciente adicto, pero con buen pronóstico posterior.
El trastorno obsesivo compulsivo se caracteriza por la presencia abrumadora de pensamientos recurrentes, invasivos y obsesivos (que causan ansiedad y malestar significativos) y/o comportamientos rituales repetitivos o compulsiones (cuyo propósito es neutralizar la ansiedad).
Las obsesiones más frecuentes son las ideas repetitivas asociadas a la seguridad, la verificación por si se ha cerrado una puerta, la necesidad de disponer las cosas según un orden determinado, impulsos de hacer cosas fuera de las normas sociales como gritar en el cine, fantasías sexuales repetitivas, la contaminación al tocar algo y la posterior necesidad de lavarse, etc.
La persona intenta ignorar o suprimir estos pensamientos o impulsos o bien neutralizarlos mediante otras ideas o actividades.
¿Por qué pasa?
Parece que hay una predisposición genética y que está relacionado con un desequilibrio de la serotonina, un neurotransmisor importante para el estado de ánimo.
¿Se puede tratar?
Sí y se obtienen buenos resultados con la combinación del abordaje psiquiátrico (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina) y psicológico (terapia cognitiva de comportamiento y exposición y prevención de la respuesta).
¿Qué relación tiene con las adicciones?
En el marco de un consumo crónico de sustancias es frecuente la aparición de ideas obsesivas y comportamientos compulsivos. Es posible su aparición durante la intoxicación o bien durante la abstinencia y se suele observar remisión parcial o total conforme la abstinencia se consolida.
El episodio depresivo se presenta:
- Con sensaciones de tristeza, preocupación y desánimo.
- Problemas de concentración y memoria.
- Pérdida de interés por actividades que antes agradaban, incluso por la alimentación.
- Sensación de cansancio, poca energía, se baja el nivel de actividad.
- El sueño se resiente enseguida: insomnio o hipersomnia.
- Surgen pensamientos alrededor de la muerte o el suicidio.
Cuando se presenta la fase maníaca, el paciente:
- Presenta una sensación de poder y creatividad intensos.
- Se siente muy alegre, animado, nervioso o ansioso.
- Habla muy rápido de muchas cosas distintas.
- Tiene problemas para relajarse o dormir.
- Piensa que es capaz de hacer muchas cosas a la vez y está más activo de lo habitual
- Hace cosas arriesgadas, como gastar mucho dinero o tener sexo sin cuidado alguno.
Como en todos los trastornos, es importante una buena evaluación inicial y un abordaje específico junto al tratamiento de adicciones. Es preciso que se realice por personal especializado y preparado para ello pues, de no ser así, es una de las causas de recaída posterior más importantes.
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad es un trastorno neurobiológico y crónico que afecta a un 5%-10% de la población infantil, y en muchos de los casos presenta sintomatología de adultos. En este trastorno se juntan dos síntomas importantes que afectan al desarrollo psico-social de la persona:
- Dificultad de mantener la atención voluntaria para casi cualquier actividad
- Falta de control de impulsos
La mezcla de ambos hace que los pequeños tengan una escolarización difícil, con rendimientos académicos bajos, al igual que la calidad de las relaciones interpersonales con compañeros y profesores. Como consecuencia se observa baja autoestima, depresión y ansiedad, trastornos de conducta como el trastorno oposicionista desafiante, conductas antisociales, consumo de sustancias, etc. Este consumo, generalmente de alcohol o cannabis, a menudo se justifica por la aparente mejora en la sintomatología, pero en realidad conduce al deterioro de las relaciones interpersonales y la salud propia.
¿Por qué pasa?
La opinión actual sobre la causa que lo provoca se centra en un fallo en el desarrollo de los circuitos cerebrales en el que se apoyan la inhibición y el autocontrol. Estas son funciones cruciales para la realización de cualquier tarea y curiosamente están muy presentes en los casos de abuso de sustancias o la realización de actividades adictivas o de riesgo.
¿Se puede tratar?
El tratamiento es lento pero muy eficaz e incide en la calidad de vida de la familia y del proyecto de futuro del paciente.
¿Cómo identificarlo?
En general es muy visible aunque algunos pacientes lo intentan ocultar. Se observa:
- Comportamiento desorganizado, inusual o sin sentido aparente.
- Ideas extrañas, autorreferentes y delirantes.
- Elevada suspicacia: La persona tiende a preguntar por qué se hacen las cosas o directamente interpreta que se hace para fastidiarlo, por lo que contesta de forma brusca o incluso arisca.
- Descuido de la apariencia, forma de vestir, hábitos de higiene, etc.
- Aislamiento social, absentismo escolar/ laboral.
- Bajo rendimiento en las responsabilidades habituales.
¿Por qué sucede?
Las causas son variadas: Una fuente de estrés potente y constante en el tiempo, por el consumo de alguna sustancia psicoestimulante, o bien por una alteración neurobiológica. En los últimos años se están dando en muchos casos de jóvenes adolescentes consumidores de cannabis.
¿Cómo se trata?
Puede durar unos días, semanas o meses, pero con el tratamiento médico y psicológico apropiado, lo normal es que la persona se estabilice y retome su vida habitual. En el caso de estar asociado al consumo de THC u otra sustancia, es imprescindible comenzar el tratamiento de desintoxicación y deshabituación posterior para que no se repitan los episodios psicóticos.
Si se repiten los brotes psicóticos es probable que se cronifiquen como esquizofrenia, con similar sintomatología pero mucho más invalidante y con peor pronóstico.
Es muy frecuente diagnosticar algún trastorno de personalidad al ingreso de los pacientes adictos, puesto que su comportamiento y sus esquemas cognitivos han ido variando a lo largo de la época de consumo. Los trastornos de personalidad se refieren a conjuntos de comportamientos que son extraños o diferentes de lo ‘normal’ en la cultura en la que se vive y que se manifiestan en varias áreas:
- En la forma de percibir e interpretar una determinada situación.
- En la forma de manifestar el afecto.
- En la forma de relacionarse con los demás.
- En el control de los impulsos.
El TLP es el más destacado. Genera bastante sufrimiento e interviene negativamente para la realización de las actividades cotidianas. Es frecuente encontrarlo en las personas consumidoras de sustancias o actividades adictivas ya que en estos ámbitos encuentran, en un principio, cierta estabilidad o reducción de la ansiedad y del vacío o la soledad.
Según el DSM V, el TLP se refiere a un patrón general de inestabilidad emocional en las relaciones interpersonales, la autoimagen y la efectividad, y una notable impulsividad que comienza al principio de la edad adulta y se da en diversos contextos. Entre las características más destacables, se encuentran:
- Esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginado.
- Patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas caracterizado por la alternancia entre los extremos de idealización y devaluación.
- Alteración de la identidad: autoimagen o sentido de sí mismo acusada y persistentemente inestable.
- Impulsividad en al menos dos áreas, que es potencialmente dañina para sí mismo (gastos, sexo, abuso de sustancias, conducción temeraria, atracones de comida).
- Comportamientos, intentos o amenazas suicidas recurrentes, o comportamiento de automutilación.
- Inestabilidad afectiva debida a una notable reactividad del estado de ánimo.
- Sentimientos crónicos de vacío.
- Ira inapropiada e intensa o dificultades para controlarla.
- Ideación paranoide transitoria relacionada con el estrés o síntomas disociativos graves.
El sueño se ve afectado por todas las sustancias adictivas, por lo que una de las primeras intervenciones terapéuticas se orienta hacia su estabilización. Normalmente se recupera la calidad del sueño en los primeros meses de abstinencia y supone un notable avance para la calidad de vida de los pacientes.
Muchos factores pueden generar estrés e influir y determinar las horas de sueño de una persona o el grado de cansancio que se siente al despertar, como la excitación por problemas cotidianos de la familia, el trabajo, los amigos o la situación social, hábitos específicos previos a acostarse como juegos de Internet, lectura de libro interesante o visionado de películas, deportes o debates televisivos.
El patrón del sueño no es uniforme, sino que tiene varias fases diferenciadas. Durante un sueño nocturno normal hay 5 o 6 ciclos de sueño que presentan 4 fases, desde la más superficial, en que la persona se despierta fácilmente, hasta la fase final en la que es muy difícil despertarse.
Los trastornos más frecuentes son:
- Apnea del sueño: Se produce una o más pausas en la respiración o tiene respiraciones superficiales durante el sueño.
- Insomnio: Sueño insuficiente, intranquilo, de mala calidad, o no restaurador.
- Síndrome de piernas inquietas: Este es un trastorno en el cual se desea o necesita mover las piernas para interrumpir sensaciones molestas.
- Terrores nocturnos: Se produce un despertar abrupto en el que la persona está aterrorizada.
- Sonambulismo: Las personas caminan o realizan otra actividad estando aún dormidas.
- Narcolepsia: Es cuando la persona sufre de periodos de sueño en los que se duerme a cualquier hora y lugar.
Cuando una persona presenta una adicción comportamental o a sustancias, es muy común presentar algún tipo de trastorno del sueño, por lo que, cuanto antes se inicie el tratamiento de desintoxicación, antes podrá volver a tener un sueño reparador y calmado.
“En 20 años de trabajo con personas adictas, no recuerdo a ningún paciente que no presentara problemas de ansiedad” (Marian G. Arigüel). Recordemos que la ansiedad es una emoción positiva para la supervivencia que nos ayuda a identificar y afrontar las amenazas. No obstante, cuando presentamos ansiedad constante, pasa a ser una enfermedad donde las emociones, la voluntad y la impulsividad están afectadas.
Cuando hablamos de Trastornos de Ansiedad nos referimos a diferentes manifestaciones o problemas mentales que tienen como elemento común el miedo, la ansiedad excesiva y persistente y síntomas físicos de malestar.
- Trastorno de ansiedad generalizada
- Trastorno de pánico
- Trastorno obsesivo-compulsivo
- Trastorno por estrés postraumático
- Fobia social
- Trastorno fóbico
- Otros trastornos de ansiedad producidos por el consumo de sustancias.
Estos últimos aparecen como resultado directo de una sustancia tóxica como cafeína, nicotina, alcohol, cannabis, cocaína, heroína, éxtasis, benzodiacepinas, medicación y veneno, entre otras. Los consumidores habituales de drogas presentan niveles de ansiedad más altos que los no consumidores, incluso seis meses después de haber abandonado el consumo.
En muchos casos se sufre el primer ataque de pánico tras consumir cannabis.
Lo positivo es que la ansiedad en todos los casos es tratable y con muy buen pronóstico de recuperación. Genera mucho sufrimiento pero los resultados son positivos.
En este apartado relacionado con la patología dual, se hace énfasis en los trastornos o disfunciones sexuales que se presentan a menudo acompañando el consumo de sustancias o con otras adicciones psicológicas. En este apartado se abordan las patologías relativas a:
- Trastornos del deseo sexual
- Trastornos de excitación sexual
- Trastornos de erección del varón
- Trastornos orgásmicos
- Trastornos por dolor, dispareunias
- Trastornos debidos a traumas
- Trastornos debidos a enfermedad médica
- Parafilias
Es cierto que, de la misma forma que el sueño se altera con facilidad cuando hay algún problema y es una de las primeras señales o alarmas, la sexualidad también es sensible a lo que nos acontece en otros terrenos emocionales, cognitivos o físicos. Por ello lo encontramos a menudo en nuestra consulta.
Nuestro tratamiento para la patología dual
En estos casos es importante abordar las dos patologías puesto que la mejora de una repercute positivamente en la otra.
En muchas ocasiones estas patologías están estrechamente relacionadas con el consumo y una vez que se controla éste, la otra patología mejora o remite y viceversa. Para un correcto diagnóstico se requieren al menos seis meses de abstinencia, así como acudir a un centro de tratamiento para la patología dual.
El tratamiento precisa el diagnóstico completo (cognitivo, funcional, motivacional, social y físico) y el seguimiento de la evolución para lograr el mayor grado de eficacia en la mejora de la salud.
Si tú o alguien de tu entorno presenta alguna de estas patologías psíquicas o adicciones, no dudes en contactarnos. Te ofreceremos información acerca de la adicción o patología dual, así como de nuestras opciones de tratamiento.