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La Metilendioxipirovalerona (MDPV), también conocida como Droga Caníbal, es una sustancia estimulante del sistema nervioso perteneciente al grupo de las catinonas sintéticas. Las catinonas sintéticas como la MDPV son estructuralmente similares a la catinona, un alcaloide psicoactivo presente en la planta de Khat (Catha Edulis), usada a lo largo de la historia en las zonas de África Oriental y Medio Oriente por sus propiedades estimulantes. En Europa se introdujo a finales del siglo XVIII. Esta sustancia está presente en productos químicos y en ocasiones se vende como ‘sales de baño’.

La MDPV fue inicialmente desarrollada en 1969 como tratamiento para la fatiga crónica y la supresión del apetito. Más tarde, alrededor del año 2004, se comenzó a usar como droga de diseño por sus propiedades similares a las anfetaminas o a la cocaína.

Droga caníbal

Entre los principales efectos por los que se consume esta sustancia, se encuentran la sensación de euforia, la excitación sexual y la exaltación emocional. Por otro lado, también puede provocar taquicardia, ansiedad, tensión mandibular y psicosis, entre otros síntomas que veremos más tarde.

¿Por qué se le conoce como ‘Droga Caníbal’?

Durante un largo tiempo se ha pensado que el consumo de esta sustancia causa comportamientos violentos y caníbales entre sus consumidores. Esto se debe a la sucesión de varios casos como lo ocurrido en Mallorca en el año 2014, donde un joven que consumió MDPV acabó mordiendo a otras personas; por el caso de otro joven que acabó con la vida de su pareja tras consumir esta sustancia debido a la paranoia que le provocó; y por muchos otros sucesos que han acabado en violencia, mordiscos y desgarros hacia otras personas o hacia uno/a mismo/a.

Pero, ¿es esto realmente cierto? ¿Esta droga provoca canibalismo?

Respondiendo a la pregunta principal, no, la MDPV no provoca canibalismo por sí misma, sino que este tipo de reacciones violentas aparecen en situaciones y en personas concretas, dependiendo de las dosis consumidas. Por lo tanto, conductas agresivas como el canibalismo (entre otras) pueden aparecer en algunos casos si la persona es agresiva, sufre de alguna enfermedad mental o ha consumido gran cantidad de esta sustancia. No obstante, la MDPV ha demostrado causar síntomas de automutilación, violencia, alucinaciones y paranoia extrema, lo que puede ser factor conductor para la realización de actividades violentas como el canibalismo.

En varios estudios realizados con ratones se han observado síntomas altamente agresivos al consumir MDPV. Sin embargo, las dosis administradas eran bastante más altas en comparación a las dosis comunes en humanos.

Características de la MDPV

Para hacernos una idea, la MDPV se asemeja estructuralmente a las anfetaminas, pero actúan más específicamente como la cocaína, siendo aún más potente que esta. Los efectos clínicos dependen de la dosis individual y de la vía de administración.

Se trata de un inhibidor de la recaptación muy selectivo y potente de la noradrenalina y la dopamina. En este sentido se parece a la cocaína, pero, a diferencia de esta, la MDPV es 10 veces más pareja por el transportador de dopamina, otorgándole una mayor potencia psicoestimulante. Este factor provoca un grave potencial de abuso, lo que conlleva al desarrollo de la adicción y a un fuerte síndrome de abstinencia si cesa su consumo.

La duración de los efectos de la MDPV oscila entre las 2 y las 3,5 horas, aunque puede variar según la dosis ingerida. No obstante, los efectos psicoactivos pueden prolongarse más tiempo, desde las 8 hasta las 48 horas en casos extremos. El riesgo de sobredosis es alto, ya que su corta duración y los efectos no deseados del descenso de la sustancia en el organismo llevan a los consumidores a ingerir varias dosis seguidas.

Los efectos deseados por los que las personas consumen esta sustancia son la euforia, la estimulación sexual, la disminución del apetito y del sueño, y el aumento de varios factores como la vigilia, la conciencia, la energía, la sociabilidad, la motivación, la empatía y la concentración.

Por otro lado, destacan los siguientes efectos adversos: hipertermia, deshidratación, sudoración, disminución del apetito y del sueño, efectos cardiovasculares (taquicardia, arritmia, episodios hipertensivos), efectos neurológicos (inquietud, movimientos corporales involuntarios, alteraciones de la conciencia, nistagmo, midriasis, dolor de cabeza, visión borrosa, mioclonías, tensión de los músculos de la mandíbula, confusión, vasoconstricción cerebral), efectos psiquiátricos (agitación, paranoia, hiperactividad excesiva, estado de ánimo depresivo, ansiedad y tendencias suicidas) e incluso la muerte.

Datos epidemiológicos

A pesar de ser una droga consumida por un gran número de personas, los usuarios más habituales son hombres de aproximadamente treinta años que también suelen ingerir otras drogas ilegales.

El MDPV suele encontrarse en espacios de festivales, fiestas y eventos de chemsex. En la población joven, donde la cocaína y los opioides están cada vez más presentes, también se ha observado un aumento del consumo de esta sustancia.

Alguien en mi entorno puede estar desarrollando una adicción a la MDPV, ¿Qué hago?

Si tú o alguien de tu entorno consume o ha consumido esta sustancia y ha desarrollado algún signo de adicción, es importante ponerse en contacto con profesionales de la psicología especializada en las adicciones para evitar el desarrollo de esta y disminuir los efectos adversos del síndrome de abstinencia. Recordemos que esta sustancia tiene un gran potencial de abuso y adicción debido a su corta duración y a la sensación no deseada cuando deja de tener efecto en el organismo.

No dudes en ponerte en contacto con nosotras para realizar cualquier consulta o preguntar por nuestros servicios, estaremos encantadas de atenderte.

Referencias

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Navarro, J. M. (2013). Drogas emergentes: MDPV, Metilona y MDAI . Obtenido de Revista psiquiatria.com: https://psiquiatria.com/trabajos/usr_6428436072071.pdf

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