Hoy en día existe una gran variedad de sustancias psicoactivas que pueden ser clasificadas en categorías distintas según los efectos que tienen en el sistema nervioso central. Las dos categorías más grandes y principales son las drogas estimulantes y las depresoras, que tienen efectos opuestos en términos de sensaciones físicas y mentales. A continuación, se explorarán las diferencias fundamentales entre estas dos clasificaciones.
Sustancias estimulantes
En primer lugar, las drogas denominadas “estimulantes” llevan ese nombre porque tienen como función aumentar la actividad del sistema nervioso central. Se produce un mayor estado de alerta, energía y actividad neuronal. Esto se da ya que promueven la liberación de ciertos neurotransmisores, sobre todo de dopamina y noradrenalina, conocidos por producir sensación de bienestar y euforia.
Si bien el uso de estas drogas supone efectos “positivos” como un aumento del estado de vigilancia y mejor estado de ánimo, también existen múltiples efectos adversos.
El abuso de estas sustancias produce insomnio, irritabilidad e incluso problemas fisiológicos como déficits cardiovasculares. Las sustancias estimulantes son parte del día a día de muchas personas, por ejemplo, a través del consumo de cafeína y la nicotina presente en el tabaco. Dentro de las drogas ilícitas se encuentran la cocaína, anfetamina y metanfetaminas, siendo de uso más común.
Sustancias depresoras
Por otro lado, nos encontramos con las drogas depresoras, las cuales tienen un efecto completamente opuesto a las descritas anteriormente. Estas, como su nombre indica, disminuyen la actividad del sistema nervioso central.
Estas sustancias actúan inhibiendo la actividad de ciertos neurotransmisores como el GABA, que cumple la función de inhibición en el sistema nervioso. Dicho esto, los efectos principales del consumo de estas sustancias son la sedación o un estado de relajación. Por lo general, el efecto de esas drogas se asocia con estados de calma y relación. En contextos médicos, se usan para tratar la ansiedad, insomnio y dolor.
Como ocurre con toda sustancia, el abuso de éstas produce efectos adversos como la somnolencia excesiva, problemas de coordinación motora y de respiración. Las drogas depresoras incluyen el alcohol, las benzodiacepinas y los opioides.
Dicho lo anterior, las sustancias depresoras y estimulantes se diferencian principalmente por el efecto que tienen sobre el sistema nervioso central. Estas dos categorías son opuestas, una de ellas produce activación y la otra inhibición de neurotransmisores específicos sobre el sistema nervioso central.
Los estimulantes se asocian con efectos de activación como una mayor energía y alerta, las depresoras, por el contrario, se asocian a estados más pasivos como la relajación.
Ambas categorías se usan con motivos médicos para tratar distintos síntomas, lo importante es tener en cuenta que el abuso y mal uso de esas sustancias siempre conlleva efectos negativos que son perjudiciales para la salud y el funcionamiento debido de cualquier persona.
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Redactado por Valeria Sarria Rosas, psicóloga en período de prácticas en Orbium Desarrollo.
Referencias
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- Salido, F. P. (1989). Estimulantes y depresores del SNC: Farmacocinética de drogas de abuso. Ciencia policial: revista del Instituto de Estudios de Policía, (5), 32-43.
- T. D. D. Y. C., & DROGADICCIÓN, L. Tipos de drogas y causas de la drogadicción.
Escrito en: Adicciones a sustancias
