¿Cómo Dejar la Cocaína?

Superar el Síndrome de Abstinencia

Después de ser procesada por primera vez en el siglo XIX, la cocaína fue usada como un anestésico local y para el tratamiento de neuralgias, alcoholismo o melancolía, pero pronto dejó de emplearse con fines médicos, al comprobarse sus efectos adversos y sus propiedades adictivas.

Sin embargo, su consumo como estimulante ilícito no ha dejado de crecer desde los años 60 causando un complejo problema de salud: la adicción a la cocaina o al crack (cocaina procesada para ser fumada), enfermedad que requiere tratamiento médico. Uno de los principales obstáculos para la recuperación de los adictos que quieren dejar la cocaina, lo constituye el denominado síndrome de abstinencia. Otro de los aspectos fundamentales para abandonar el consumo de cocaina, es la desintoxicación hospitalaria y el control de la abstinencia, objetivos esenciales que responden a la pregunta de ¿cómo dejar la cocaina?

Los síntomas de abstinencia aparecen porque una vez en el cerebro, y como se ha descrito más arriba, la cocaina afecta a los neurotransmisores, que controlan el flujo de información entre las neuronas que activan los comportamientos y sensaciones en las personas. La cocaina y el crack actúan fundamentalmente en los sistemas serotonérgicos y dopaminérgicos, bloqueando el transporte de dopamina y haciendo que ésta permanezca libremente en cantidades elevadas, activando las sensaciones de placer y euforia.

Pero el uso prolongado de cocaina o crack hace que el cerebro se adapte al consumo, y que los niveles de dopamina disminuyan, por lo que la persona cuyo cerebro se ha habituado a la cocaina necesita aumentar cada vez más su consumo para obtener los mismos efectos de las primeras dosis. Esto significa que la cocaina ha afectado a los neurotransmisores y que el cerebro ha experimentado cambios en su circuito, de manera que sólo puede funcionar “normalmente” con la presencia de la cocaina.

En definitiva, el organismo se ha acostumbrado a la presencia de la cocaina en el cerebro como estímulo para la activación de los circuitos de recompensa y placer, y cuando cesa el consumo de droga, los circuitos de recompensa carecen de la sobreestimulación habitual y por tanto no son capaces de activarse. El resultado es el síndrome de abstinencia y un malestar que se experimenta como lo más opuesto al placer, por los bajos niveles de dopamina: fatiga, depresión y alteraciones en el carácter, lo que en muchas ocasiones hará que el consumidor vuelva a buscar la cocaina para sentirse bien. Este proceso viene a ser la principal dificultad para dejar la cocaina.

Como Dejar la Cocaina o Crack: Síntomas de la Abstinencia

La abstinencia cocaina y crack no se manifiesta con síntomas físicos tan evidentes como con otras drogas adictivas. Con frecuencia no se presentan síntomas como los vómitos y temblores que suelen acompañar la abstinencia de la heroína o las convulsiones y delirio que ocurren con la abstinencia del alcohol. Esta ausencia de síntomas físicos evidentes ha hecho pensar en el pasado que la cocaina no era adictiva, cuando la verdad es que cada droga tiene sus propios y específicos efectos adictivos, que en el caso de la cocaina, son muy poderosos. De hecho, la búsqueda y el deseo compulsivo de droga, que es la marca distintiva de la adicción, acompaña al abuso de cocaina de manera más rápida e intensa que a muchas otras drogas ilegales.

A continuación algunos síntomas de la abstinencia de cocaina y crack (síndrome de abstinencia):

  • Depresión
  • Agitación
  • Insomnio o hipersommnia
  • Anorexia
  • Fatiga
  • Irritabilidad
  • Desórdenes psiquiátricos
  • Ansia o deseo compulsivo de cocaína

Los síntomas de la abstinencia de cocaina son ante todo psíquicos, y se suelen presentar en tres fases. Una primera de disforia inmediata tras el uso de cocaina y que puede durar hasta tres días, consistente en depresión, anhedonia, insomnio, irritabilidad y deseos intensos de cocaina que remiten gradualmente y son reemplazados por el deseo de dormir. Pueden ser importantes la depresión mayor y las ideas de suicidio. En ocasiones, los consumidores se automedican durante esta primera fase con sedantes, o consumen alcohol.

La segunda fase de abstinencia es la de mayor riesgo de recaída. Hay irritabilidad, ansiedad y disminución de la capacidad de sentir placer. El deseo de consumir aumenta especialmente en el contexto de estímulos ambientales. Dura entre una y diez semanas.

Por último, durante la fase de extinción, que sin un tratamiento adecuado puede durar años o incluso convertirse en crónica, el estímulo que desencadena el “craving” o deseo compulsivo de cocaina puede ser progresivamente extinguido.

La Desintoxicación sin Síndrome de Abstinencia de Cocaina y Crack es Posible

En definitiva, el síndrome de abstinencia es un obstáculo fundamental para la recuperación de la adicción a la cocaina. Pero la desintoxicación sin síndrome de abstinencia es posible. El síndrome de abstinencia de la cocaina no es un comienzo ineludible de todo tratamiento para superar la dependencia y dejar la cocaina, sino que por el contrario puede ser evitado con una específica intervención y tratamiento para dejar la cocaina.

Para evitar el síndrome de abstinencia, es necesario recuperar las funciones cerebrales que han resultado dañadas por la adicción a la cocaina. Pero esto no es posible con una desintoxicación “tradicional”. Las neuronas deben ser recuperadas con una intervención farmacológica que permita que el paciente no sufra, ni síntomas de abstinencia ni ansia de consumo, y que más allá de este procedimiento permita también, una recuperación de los procesos cognitivos y afectivos que habían sido dañados, como la retención, la capacidad para leer, la conciencia o la serenidad.