¿Cómo saber si mi hijo es adicto al móvil?
Nuestros hijos han nacido y crecido con las nuevas tecnologías. De hecho, no es raro ver como niños de 3 y 4 años de edad manejan perfectamente cualquier dispositivo con acceso a Internet. Y esta naturalidad de los más pequeños con la tecnología preocupa a padres y profesores; ya puede desembocar en un problema de adicción al smartphone. En el artículo de hoy resolvemos una duda que atormenta a muchos padres hoy en día: cómo saber si mi hijo es adicto al móvil y qué puedo hacer para evitarlo.
Cómo saber si mi hijo es adicto al móvil
La línea que separa el uso excesivo de una adición es muy fina, por lo que es importante observar al niño y reconocer las señales que nos pueden indicar la existencia de un problema. Los síntomas que nos indican que nuestro hijo tiene una adicción móvil son muy parecidos a los de cualquier otra adicción, solo que en este caso los síntomas están focalizados en el teléfono:
– El niño pasa cada vez más tiempo conectado al móvil
– Aparecen sentimientos de irritabilidad, ansiedad y agresividad cuando no está en
contacto con su teléfono, que desaparecen cuando vuelve a tener acceso.
– Cambios de humor.
– Alteraciones en el sueño y la alimentación.
– El niño deja de realizar otras actividades por estar con el móvil (salir a la calle, hacer los deberes, ver la televisión, dormir…).
– Perdida de amigos y relaciones sociales por pasar demasiado tiempo con el móvil.
Es difícil establecer un punto a partir del cual podría hablarse de adicción, pero algunos especialistas afirman que, en niños menores de 12 años, estar más de tres horas conectados podría considerarse un comportamiento adictivo.
Para prevenir estas conductas adictivas es recomendable que los niños entre 6 y 9 años no pasen más de 30 minutos al día con los dispositivos electrónicos; entre 8 y 14 años, la recomendación es de una hora y a partir de los 14 años puede extenderse a las dos horas. En la clínica, encontramos diferencias entre chicos y chicas a la hora de usar y abusar del teléfono móvil.
Los chicos que acuden a consulta suelen ser tímidos y tener dificultades en la relación con los iguales. Además, vienen por problemas con los juegos en red y las consolas. Por el contrario, las chicas suelen tener problemas con las redes sociales como Facebook, Instagram o
Enseñar a nuestros hijos a utilizar sus teléfonos
En el ámbito de las adicciones, la educación es la mejor manera de evitar que nuestros hijos desarrollen un problema con sus teléfonos. De la misma manera que les enseñamos a lavarse las manos o a dar las gracias, debemos preocuparnos de que aprendan a usar su teléfono móvil correctamente; para prevenir la adicción, pero también para protegerlos de los peligros de Internet. De la misma manera que no dejaríamos salir solos a nuestros hijos si no saben cruzar la calle, tampoco debemos dejar un móvil en manos de un niño que no ha aprendido a utilizarlo correctamente.
Como padres, debemos intentar retrasar cuanto podamos el uso del móvil en nuestros hijos. Debemos dar tiempo al celebro de los niños a que madure y desarrolle su capacidad de autocontrol antes de darles acceso al teléfono. Y esto es especialmente importante ya que casi la mitad de los niños españoles de entre 11 y 14 años ya tiene smartphone según el Instituto Nacional de Estadística.
Además, es necesario que pongamos en marcha ciertos límites que ayuden a nuestros hijos a hacer un correcto uso del móvil:
– Los dispositivos electrónicos no pueden estar en el cuarto del niño, sino en habitaciones de transito como el salón o un despacho.
– Es importante que haya una persona adulta presente cuando el menor este con el móvil para controlar el tiempo y los contenidos visitados.
– Limitar el tiempo que total que el niño puede usar los diferentes dispositivos (móvil, ordenador, Tablet, consola…).
– Apagar el móvil durante las horas de sueño, para conseguir que este sea reparador.
– Pactar con los niños el uso del móvil: por ejemplo, no llevarlo al colegio o no utilizarlo durante las comidas, o que los fines de semana solo pueda usarlo durante 1 hora.
– Establecer prioridades y responsabilidades con relación a las actividades diarias.
– No demonizar ni prohibir, sino dialogar.
Por otro lado, es necesario que nos hagamos conscientes de los peligros que entraña internet para nuestros hijos y que les enseñemos a protegerse y a actuar en el caso de que estos se materialicen. Estamos hablando de sexting, ciberbullyng o grooming; prácticas que ponen en peligro su integridad.
Por último, tenemos que tener claro que los niños aprenden por repetición de lo que ven en su entorno: si los padres abusan de la tecnología y se pasan todo el día enganchados al teléfono, sus hijos harán un uso igual de incorrecto.
Las posibilidades que las nuevas tecnologías ofrecen a nuestros hijos para aprender y relacionarse son ilimitadas, pero debemos ser capaz de enseñarles a aprovecharlas de manera responsable y con moderación. A veces, esto se hace difícil y es necesario recurrir a un profesional que ayude a nuestros hijos a aprender a vivir con el teléfono móvil sin llegar a depender de él.