Jóvenes adictos a apuestas deportivas, póker y juego online
Son jóvenes, menores de edad en muchos casos, y ya tienen en su historia deudas que ascienden a miles de euros a causa de las apuestas deportivas y los casinos online. Las empresas dedicadas a este tipo de apuestas no han dejado de crecer en los últimos años; y con ellas, las personas adictas a estos juegos online. Hoy hablamos sobre cómo este fenómeno se ha convertido en la puerta de entrada a la ludopatía de los más jóvenes.
El peligro de las apuestas deportivas online
La mayoría de los chavales empiezan apostando unos pocos euros con su grupo de amigos, para darle un extra de adrenalina al partido de su equipo, al derbi de la jornada o al mundial de futbol. Es una forma “fácil y rápida” de conseguir dinero. Con una apuesta combinada de unos pocos euros pueden ganar cientos de ellos. Y es ahí donde empieza el desastre. Rápidamente pierden el control de lo que apuestan y pasan a jugarse el dinero con ligas extranjeras, dardos, galgos, caballos, criquet, tenis sobre ruedas en China o cualquier cosa que les permita conseguir ese refuerzo instantáneo, que es tan adictivo como la heroína. Llegado este momento, ya no les sirve con el dinero que consiguen con las pagas o pequeños trabajos, empiezan a robar en casa, piden prestamos exprés o mal venden regalos. Aumentan las cantidades de dinero apostadas, el tiempo invertido en ello y también las perdidas.
Los adolescentes empiezan a estudiar estadísticas, leer porcentajes y números, buscar información deportiva que les lleve a ganar. Dejan de ir al colegio, de salir con amigos, de hacer vida en familia, de hacer deporte… Su vida se reduce a apostar y viven por y para ello.
Esta es una de las consecuencias de la adicción a las apuestas online, pero hay más. La más dramática, los cientos o miles de euros perdidos en alguna casa de apuestas. Al principio juegan para ganar dinero, cuando la enfermedad avanza solo buscan recuperar lo perdido; al final, lo acaban perdiendo todo hasta que alguien les pilla y les para los pies.
Adicción a las apuestas online
No hay que olvidar que la ley prohíbe a los menores de edad apostar. Sin embargo, la vigilancia es escasa y la legislación se incumple con frecuencia. Todos conocen a algún amigo mayor de edad que cede sus datos para que los menores puedan apostar en las casas de apuestas dedicadas a tal fin; o incluso roban los datos de sus padres para que los casinos online les permitan el acceso.
Además, desde las casas de apuestas deportivas la publicidad es muy agresiva y va dirigido principalmente al público más joven. Deportistas de elite como Rafa Nadal o Ronaldo, ídolos juveniles o incluso equipos enteros promocionan este tipo de prácticas. Mientras, la publicidad para el juego presencial está prohibida en España. Esta imagen de las apuestas deportivas, un “entretenimiento saludable y moderno” está muy alejada de la realidad y del drama que supone. Los chavales todavía están construyendo su identidad y son fácilmente influenciables por sus ídolos.
Las propias casas de apuestas regalan vales de dinero para incitar a la gente a empezar a jugar, sin tener en cuenta la edad de los receptores de estos mensajes. En muchos locales de apuestas online, incluso regalan bebidas a los jóvenes cuando están apostando.
Las casas de apuestas son las nuevas salas de recreativos, lugares que los más jóvenes utilizan como punto de reunión. Quedan con los amigos, se toman unos refrescos y ya que están, apuestan. No todos los chavales acaban desarrollando una adicción, pero el riesgo es alto por la facilidad y poco control, por el anonimato, por la inmediatez y por las innumerables posibilidades que ofrece: pueden apostar el número de córneres de un partido, las faltas, las tarjetas amarillas, los goles. El hecho de no jugar con dinero real -todo se realiza a través de la tarjeta- también ayuda a que sea una de las conductas más adictivas.
¿Por qué las apuestas online son tan adictivas?
Nuestro cerebro almacena grandes cantidades de información. Entre todo ese caos, a veces tiene que tomar atajos mentales para encontrar soluciones rápidas y acertadas a los problemas que se le presentan. Estos atajos mentales se conocen como heurísticos y son muy útiles en nuestro día a día.
Sin embargo, cuando estos heurísticos están basados en errores y sesgos de pensamientos, pueden llevarnos a equivocaciones. En los adictos a las apuestas online encontramos varios de estos heurísticos sesgados. Por ejemplo, en el cerebro del jugador patológico, ganar y casi ganar se codifican como éxitos a pesar de que solo la primera opción se consiga dinero. Por ello, la mayoría de los adictos sienten que han ganado más dinero del que han perdido, aunque luego las cifras reales no acompañen esta percepción.
Los nuevos ludópatas
El perfil de las personas adictas al juego ha cambiado radicalmente en los últimos cinco años. Hasta hace unos años, el perfil de la persona con ludopatía que acudía a consulta era un hombre de entre 30 y 50 años, que llevaba varios años apostando a tragaperras y bingo. En los últimos años, cada vez son más jóvenes, muchas veces no llegan a la mayoría de edad, y apuestan a través de internet.
La adicción a las apuestas online es un proceso muy rápido, mucho más rápido que en otras adicciones comportamentales. Y esto es así porque se puede apostar las 24 horas al día, los 365 días al año, en cualquier lugar del mundo. Tan solo se necesita un móvil con acceso a internet y una tarjeta de crédito. Por todo ello, el endeudamiento es brutal y los padres de los chavales los descubren pronto.
En qué consiste el tratamiento
El tratamiento de la adicción a los juegos online pasa por que los chavales no puedan acceder al dinero. Tienen estrictamente prohibido llevar dinero encima, sobre todo en las primeras etapas, porque es muy probable que no sean capaces de controlar el impulso de apostar.
Inscribirse en el Registro General de Interdicciones de Acceso al Juego es otra de las barreras necesaria en las primeras fases del tratamiento. Esta base de datos estatal prohíbe a todos aquellos que están inscritos que puedan acceder a un casino presencial u online.
Además de no llevar dinero encima, y no poder acceder a las casas de apuestas, a lo largo del tratamiento, también se evita que los adolescentes vean futbol, o cualquier cosa en la que haya anuncios de apuestas.