En la actualidad, el consumo de pornografía es considerado con normalidad por jóvenes y mayores, convirtiéndose en fuente de enseñanza para unos y de fantasías para otros. Pero, ¿es realmente un modelo a seguir? ¿la exposición a este tipo de contenido sexual es inocuo?
Con la Revolución Sexual de los años 60′, que condujo al debilitamiento y anulación de las leyes que regulaban la pornografía, y el rápido crecimiento de internet en los años 90′, la primera página web pornográfica no tardó en llegar. Con ello, el consumo de pornografía se convirtió en lo que se entiende como la »Triple A»: Accesible, Anónima y Asequible; y de esta manera en una de las mayores industrias económicas en la actualidad situándose incluso por encima de las farmacéuticas.
Según los estudios, el 80% de las imágenes pornográficas contienen violencia, agresividad y/o dominancia sobre la mujer, estando enfocadas exclusivamente al placer del hombre. Por otro lado, la teatralidad y la presentación de modelos corporales de hombres y mujeres poco comunes representan una sexualidad cosificadora e irreal. Cuando este tipo de información es transmitida a jóvenes con total inexperiencia en el ámbito de las relaciones sexuales, sus expectativas sobre el sexo, el amor y las relaciones de pareja se ven distorsionadas por modelos sexuales alejados de la emocionalidad y la sana erótica de las relaciones sexuales entre dos personas.
Teniendo en cuenta la normalidad con la que se considera el consumo de pornografía y que la edad media en su inicio son los 11 años, nos encontramos con que una de las primeras y únicas fuentes de información sexual de los adolescentes es el porno y sus distorsionados mensajes.
El ser humano no solo aprende de manera declarativa almacenando conceptos o ideas; también aprende de manera procedimental adquiriendo habilidades y destrezas de forma automática. De esta manera, da lo mismo que estemos enseñando a los jóvenes de manera teórica cómo deben ser las relaciones sexuales sanas si, por otro lado, ellos están almacenando conocimientos procedimentales opuestos acerca de cómo llevarlo a cabo, siendo este tipo de conocimientos mucho más complicados de modificar.
AUTORA: Alicia Blanco Rodríguez.
Bibliografía:
- Chiclana, C. (2013). »Atrapados en el sexo». : Almuzara. ISBN:9788415828075
- Chiclana, C. (Noviembre de 2018). »Tenemos que hablar de pornografía». Sesión formativa divulgativa llevada a cabo por Doctor Carlos Chiclana, en Madrid.
- Villena, A y Contreras, M. (Enero de 2019). » Diagnóstico y Tratamiento de la Adicción a Pornografía». Elías (presidencia). I Jornada de Pornografía y Adicción: causas, Evaluación y tratamiento. Conferencia llevada a cabo por Dale la Vuelta, en Madrid.