Lo peor que le puede pasar a un jugador es ganar la primera vez, es el primer riesgo de la adicción al juego
Las causas de la adicción al juego, o ludopatía, tienen que ver con muchos factores: individuales, familiares y socioculturales. La presencia de cualquier de estos factores cuenta para elevar el grado de vulnerabilidad del sujeto a esta clase de adicción. Sin embargo, ningún factor es imprescindible o necesario excepto, claro, el de ser jugador.
Las variables sociodemográficas muestran que hay mayor proporción de hombres ludópatas que de mujeres. Se ha observado que los hombres tienden a incorporarse como adictos en dos fragmentos de edad distintos: el primero, alrededor de los veinte años y el segundo sobre los cuarenta.
Numerosas investigaciones han puesto de manifiesto que los jugadores patológicos adultos se inician en el juego de azar durante la adolescencia o juventud (Jacobs, 2000). En contraposición, las estadísticas muestran que las mujeres tienden a ser más vulnerables entre los cuarenta y los cincuenta (Alonso-Fernández, 2003).
Sin embargo, hay una preocupación generalizada sobre la elevada incidencia de juego patológico en población joven. De hecho, el porcentaje de adolescentes con ludopatía en estos últimos años es relativamente más elevado que el de los adultos (Muñoz-Molina, 2008) Los expertos señalan que el aumento de juegos legalizados junto con la facilidad para jugar y la publicidad, han repercutido en la incidencia de este trastorno ya que, a más oferta de juego, más oportunidad de jugar y mayor número de jugadores patológicos.
Factores individuales
Respecto a los factores individuales, se destaca como únicamente necesario el ser jugador ya que, sin ser jugador, uno no puede volverse adicto. Además, también encontramos como factores personales, aquellas características que posee la persona y que le predisponen a utilizar el juego como una vía de escape a sus problemas, tanto de estado de ánimo, ansiedades, búsqueda de sensaciones y ocupación del tiempo, otro tipo de adicciones, etc.
Sin embargo, no encontramos un perfil de personalidad específico para la adicción al juego, sino distintos rasgos que predisponen al individuo: la tendencia a los comportamientos impulsivos y la baja autoestima, entre otros. En cuanto a las mujeres, Diana Davis (2002) encontró que tienden a utilizar el juego como un método de evasión de un sufrimiento emocional.
Factores familiaries
Respecto a los factores familiares que predisponen al juego encontramos, según la Sociedad Americana de Psiquiatría (APA, 1995), una disciplina familiar inadecuada, inconsistente o excesivamente permisiva, la exposición al juego durante la adolescencia, la ruptura del hogar, unos valores familiares apoyados sobre símbolos materiales y financieros, la falta de planificación y el despilfarro familiar, etc. Con respecto a la familia, un porcentaje importante de los jugadores patológicos jóvenes reconoce que las primeras experiencias de juego ocurrieron con miembros de su propia familia en sus propios hogares (Álvarez, 2009).
Factores sociodemográficos
Acerca de los factores sociodemográficos, a lo largo de los últimos veinte años, la tasa de prevalencia de la adicción al juego ha aumentado de forma muy rápida, lo que se tiende a atribuir al juego legalizado, a la laxitud de las restricciones legales y la ambigüedad de la legislación reguladora. Además de la gran disponibilidad y el acceso fácil al juego y la aceptación social que tiene.
Hemos de tener en cuenta que la gama de juegos adictivos es cada vez más amplia: en el sector de los juegos de dinero con azar encontramos dados, cartas, apuestas, lotería, ONCE y similares, bingo, casino, salas de juego, máquinas tragaperras. Etc. Se agrega el mercado de valores, y lo que ha supuesto una verdadera revolución: la oferta ON LINE que brinda la posibilidad de jugar a todas horas y en cualquier lugar.