La politoxicomanía, también conocida como poliadicción, policonsumo, polidependencia o uso de sustancias múltiples, es el hábito de consumir diversas sustancias con potencial adictivo. Puede darse combinando varias sustancias en un momento determinado o realizando el consumo intercalado de estas, conllevando diferentes consecuencias físicas, emocionales y psicológicas.
El fenómeno de la politoxicomanía, tan frecuente en drogodependencias, se da en personas con gran necesidad de experimentar nuevas sensaciones de forma compulsiva y se realiza con la intención de contrarrestar o potenciar los efectos de otras sustancias, como moduladoras del estado de ánimo o con fines lúdicos.
Es habitual combinar el consumo de drogas ilegales con el de tabaco y alcohol. Estos últimos van asociados a gran variedad de problemas médicos, sumándose los condicionantes sociales y médicos relacionados con el consumo de las drogas ilegales, teniendo consecuencias más graves para la salud.
¿Cuándo se considera a una persona politoxicómana?
Las clasificaciones diagnósticas DSM-IV (APA, 1995), DSM-5 (APA, 2013) y CIE-10 (OMS, 1992) establecen una categoría específica para la politoxicomanía, que en DSM- IV se denomina trastorno relacionado con varias sustancias.
Estas clasificaciones tienen como característica principal la consideración de la igualdad de las sustancias consumidas, de forma que ninguna predomine sobre las demás. Sin embargo, la realidad no es así. La propia persona politoxicómana percibe su consumo de las sustancias de manera diferencial, siendo una sustancia la «droga principal de consumo» y manteniendo un consumo continuado o periódico del resto de drogas.
En general, podemos encontrar algunos aspectos comunes en las personas politoxicómanas:
– Consumen varias sustancias, combinándolas en un breve periodo de tiempo o intercalando el consumo de cada una (por ejemplo, alcohol y benzodiacepinas).
– Como hemos mencionado anteriormente, suele haber una sustancia principal y otras de consumo más esporádico, que interactúa con los síntomas (cocaína y alcohol).
– Los riesgos y problemas asociados a cada sustancia se multiplican en cuanto a aspectos físicos, sociales, familiares y psicológicos. Por ejemplo, el policonsumo aumenta la probabilidad de inducir trastornos mentales, trastornos relacionados con el sueño, trastornos sexuales, etc.
– Las personas empiezan a tener un comportamiento reservado para ocultar el consumo de drogas, empiezan a consumir solos o inventan excusas para poder realizar el consumo.
Síntomas de la politoxicomanía
Los síntomas en el policonsumo son complejos, interactuando con los diversos efectos de varias sustancias: Los síntomas de dependencia e intoxicación de una sustancia pueden contrarrestarse o potenciarse con el consumo de otra sustancia; los síntomas de abstinencia de una droga pueden ser menos agudos por el consumo de otra.
Se señala un patrón desadaptativo de consumo de varias sustancias que conlleva a un deterioro o malestar clínicamente significativo de manera continuada durante 12 meses y que se refleja en:
- Trastornos del control sobre el uso: La persona consume en cantidades mayores o con más frecuencia y deseo que el que tenía previsto en el inicio del consumo, realiza esfuerzos para reducir o dejar el consumo de la sustancia sin resultados exitosos o pasa más tiempo del considerable para obtener, consumir o recuperarse de los efectos del consumo. Además, empieza a descuidar la alimentación, el sueño y a no preocuparse por la apariencia física.
- Deterioro social: La persona no cumple con sus obligaciones o compromisos laborales, académicos y familiares, o continúa su consumo a pesar de las repercusiones sociales e interpersonales que conlleva. También reduce sus actividades recreativas y ocupacionales.
- Consumo patológico: La persona consume la sustancia en situaciones de riesgo (conducción) o continúa el consumo a pesar de la exacerbación de un problema médico o psicológico (seguir fumando cigarrillos a pesar de tener problemas respiratorios).
- Síntomas farmacológicos: Presenta tolerancia, donde la persona necesita aumentar el consumo para llegar al efecto deseado, o el efecto de una dosis va disminuyendo con el paso del consumo. También aparece el síndrome de abstinencia, que hace referencia a los efectos indeseables cuando se detiene el consumo.
Tratamiento
Las personas con politoxicomanía se incluyen entre los perfiles con mayor vulnerabilidad o riesgo de exclusión, especialmente cuando ya arrastran otros factores de vulnerabilidad como puede ser un elevado deterioro psicosocial con los ámbitos social, familiar, judicial, psíquico, de empleo y médico.
Por ello, el tratamiento requiere, además del cese del consumo de la sustancia, un abordaje integral de la problemática incluyendo:
- Tratamiento del consumo de las sustancias: Desintoxicación aguda (a veces mediante psicofármacos), prevención y tratamiento de la abstinencia, cese del consumo y mantenimiento de la abstinencia, todo ello se puede abordar mediante terapia motivacional.
- Deshabituación: Es el proceso donde se realizan los cambios conductuales y cognitivos asociados al consumo. Esto puede lograrse mediante psicoeducación, donde es importante la prevención de recaídas, ayudando a identificar situaciones, pensamientos y emociones que llevan al consumo y cómo afrontarlos. Mediante terapia individual y de grupo se enseñan estrategias y se comparten con personas que están en la misma situación, promoviendo el apoyo social.
- Rehabilitación: Con el fin de que la persona aumente su calidad vida, descubriendo valores importantes para su crecimiento personal, social y emocional mediante talleres de desarrollo donde se mejora el autoconcepto y la autoestima del paciente; entrenamiento en habilidades sociales y de afrontamiento. También existen los programas de refuerzo comunitario que ayudan a que en su entorno social haya más disponibilidad de refuerzos naturales para incrementar la probabilidad de mantener la abstinencia.
- Reinserción: Mediante una intervención psicosocial que pretenda la inserción de la persona en diferentes áreas sociales, familiares, laborales e interpersonales. Las terapias familiares o centradas en la familia en numerosas ocasiones son importantes debido a que el consumo a veces es una señal del malestar del funcionamiento familiar.
Escrito por: Joana de Dios
Referencias
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