En la sociedad actual, tanto hombres como mujeres, recurren numerosas veces al uso de sustancias con el fin de mejorar las relaciones sexuales y aumentar la satisfacción. Sin embargo, los aparentes e iniciales beneficios de las drogas en el sexo no se ciñen a la realidad. Las drogas, no solo no mejoran estas relaciones sino que más bien las deterioran.

¿Los efectos de la droga consumida en el sexo varían en función del tipo? Efectivamente existen diferencias fundamentales en función de si la droga causa relajación o euforia, aunque todas ellas coinciden en un aspecto: facilitan la desinhibición.

Además, el tipo de consumo (esporádico o habitual) es una variable fundamental a la hora de evaluar el efecto de las distintas drogas sobre la respuesta sexual.

Alcohol

Con un consumo moderado de alcohol se produce un efecto deshinibidor y aumenta la autoestima sexual, así como el deseo. Sin embargo, cuando la dosis aumenta actúa como depresor, de forma que se dificulta el orgasmo femenino y favorece la disfunción eréctil en el hombre.

Cuando existe una adicción al alcohol y el consumo es frecuente y prolongado en el tiempo, se produce una disminución de las neuronas hipotalámicas que producen la oxitocina (implicada en la respuesta sexual), lo cual puede llevar a anorgasmia, tanto en hombres como en mujeres.

Shakespeare resumía sus efectos: «Provoca el deseo pero frustra la ejecución».

Derivados del cannabis: marihuana y hachís

El cannabis y sus derivados poseen efectos desinhibidores, de forma que potencia la relajación física y mental. Además, aumenta la percepción sensorial, lo cual puede aumentar el atractivo del uso de esta droga con fines sexuales.

Sin embargo, su consumo está asociado a la disminución de la lubricación vaginal, pudiendo hacer el coito más doloroso. El consumo continuado puede reducir los niveles de testosterona y el líquido seminal, y puede conducir al desinterés por el sexo.

Cocaína

La cocaína, como estimulante que es, posee efectos eufóricos que pueden cambiar la percepción de no mismo y de los demás, e incrementar las sensaciones corporales. A pesar de esto, actúa como anestésico local, reduciendo la sensibilidad genital.

Cuando el consumo es habitual, puede provocar disfunción eréctil y pérdida del deseo sexual.

Anfetaminas

Este tipo de sustancia provoca un incremento de la actividad física y mental, así como gran euforia, razón por la cual su uso con fines sexuales es habitual. No obstante, se produce un efecto rebote que impide mantener la erección durante varias horas en los hombres.

Popper

Esta sustancia es conocida como droga sexual, debido a los efectos que produce en relación, tales como: estimulación, euforia, aumento de la libido, aumento del placer y aparición de distorsiones cognitivas placenteras. Además, actúa como vasodilatador, lo cual favorece la erección en los hombres.

El consumo de esta droga ha aumentado enormemente en los últimos años, respaldado por la idea de que los poppers no causan un daño perjudicial en la salud tan elevado como otras drogas recreativas. Sin embargo, esta droga entraña también grandes riesgos, como pérdida del conocimiento, confusión mental, convulsiones o incluso la muerte.

Las drogas de diseño

Las drogas de diseño (como el speed, el MDMA, el éxtasis o el GHB) provocan euforia y desinhibición, que puede derivar en un aumento del deseo sexual. Por este motivo, la popularidad de estas sustancias en el ámbito sexual, especialmente en el caso del GHB, se ha incrementado en los últimos años. Pese a esto, repercuten de forma negativa, ya que dificultan la excitación, producen problemas para alcanzar el orgasmo, provocan dificultad para mantener la erección y producen retraso en la eyaculación.

En conclusión, podemos ver como la mayoría de los mitos que prevalecen en la sociedad actual no son ciertos, por lo que recurrir a las drogas con fines sexuales no solo no es beneficioso, sino que, además, puede conllevar grandes riesgos.