Posiblemente la adicción sea una de las variables que mas afectan al desarrollo como persona. Depender de una sustancia, de una persona o de una acción limitan nuestra libertad en todos los sentidos.
La prisión de la dependencia se va ampliando poco a poco. Al principio es algo que escogemos hacer o consumir, una persona que nos hace feliz, una sensación que descubrimos atractiva y embriagadora; pero luego se transforma en algo que no podemos dejar, que tememos perder y que nos roba todos nuestros pensamientos y nuestro tiempo. En esta situación cabe plantearse un proyecto de mejora personal que pasa -en primer lugar- por romper con esos hábitos nocivos. Necesitamos un flotador que nos ayude a superar el trayecto hasta la otra orilla del río la orilla del no consumo.
Pero no es necesario llegar tan lejos en la patología. A diario, y sin que apenas percibamos su existencia, realizamos comportamientos repetitivos que no nos ofrecen resultados positivos. Actos que un día tuvieron sentido y que hoy simplemente son la costumbre, la rutina….Este también es un buen punto de partida para nuestro proyecto personal.
En ambos casos, reflexionemos un momento: ¿Todo lo que hago tiene sentido hoy? ¿Todo es preciso?¿Me satisfacen los resultados?¿Me siento conforme?¿Soy libre y decido sin limitaciones?
Primero hagámonos las preguntas. Después pongámonos en marcha y planifiquemos nuestro cambio.