La higiene del sueño es un conjunto de hábitos y prácticas que se hacen necesarias para dormir. Una rutina necesaria para mejorar la cantidad y la calidad del sueño. Desde Orbium recomendamos adoptar este tipo de hábitos para mejorar la salud en los casos de estrés o ansiedad. Para ello, es importante establecer bien unos puntos fundamentales que ayuden a seguir esta rutina.
- Ejercicio físico. Algo de deporte o alguna actividad física mínima al día es muy importante para evitar la inactividad (tanto física como mental). De esta forma, nos cansaremos un poco al menos, para tener esa sensación de fatiga o ganas de dormir.
- El entorno. Una habitación adecuada para dormir, sin luz. Además, disponer de un sitio donde no se escuche mucho ruido durante la noche. La temperatura es de vital importancia, ya que, a menudo el calor es un agravante del sueño no placentero o de no poder dormir.
- Ritual antes de dormir. Es importante hacer actividades relajantes y placenteras. Crear un ritual antes de dormir te ayudará a asociar que llega la hora de acostarse. No realizar actividades excitantes, como el ejercicio físico.
- Las nuevas tecnologías. La luz de las pantallas (móviles, tablets, etc) engañan a nuestra glándula pineal, es decir, activan funciones propias de la vigilia y hacen creer a nuestro cerebro que no es la hora de irse a dormir. Dejar el móvil hasta una hora antes de irnos a dormir es beneficioso para una mejor calidad del sueño y mayor sensación de descanso al día siguiente. Además será una forma de prevenir la adicción a las nuevas tecnologías e internet.
- La cama solo para dormir. Pasamos más horas de las que deberíamos en nuestra cama, ya sea leyendo, consumiendo entretenimiento, o con el móvil. Probablemente haya personas a las que esto no les influya, pero aquel que tiene problemas para dormir, debe evitar la cama para casi todo. De esta forma asociaremos la cama con el sueño y con dormir.
- Para terminar: una paradoja. Un último consejo, exclusivamente del insomnio. Si estás más de media hora sin poder dormir: ¡Arriba! Levántate y haz otra actividad fuera de la cama (sin móvil y que no sea excitante). Las primeras veces se dormirá poco, no obstante, volverás a acostumbrarte a tu horario y dormir adecuadamente.
Para terminar, cabe destacar que estas rutinas son importantes para mantener un buen descanso. Como todo, no son cosas que dejar de un día para otro. Hay que ser constante y activo. De esta forma mejorarás tu sueño y también tu día a día.
Dulces sueños.