En este apartado hablaremos del sueño y la ansiedad. Partiendo de la base de que ya conocemos lo que es la ansiedad, nos centraremos en cómo influye en nuestra calidad y cantidad de sueño, y desde Orbium te ofreceremos pequeños trucos o consejos para paliarlo. Es un tema complicado, ya que, a veces, son dos factores inseparables.

Algunos datos interesantes

  • Se ha demostrado que la ansiedad no afecta tanto a la cantidad (a no ser que se desarrolle insomnio), como a la calidad del sueño. Teniendo en cuenta esto, la fatiga al día siguiente no solo impide consolidar nuevos conocimientos, sino que incluso impide emplear algunos que ya tenemos.
  • Parece evidente que cuanta más ansiedad tengamos, peor calidad de sueño, pero no es solo eso. No dormir bien nos produce ansiedad. Por esto es importante destacar que, cuanto mejor y de mayor calidad es el descanso, menores niveles de ansiedad tendremos. A menudo es difícil discernir qué fue antes, ¿dormir mal o la ansiedad? Con algunas pautas y avanzando en la misma dirección, los dos aspectos se podrán manejar conjuntamente.
  • Está demostrado que un mal descanso incrementa la probabilidad de padecer alteraciones emocionales (ansiedad, depresión, obsesiones y un largo etcétera).
  • Si estás preocupado porque siempre has sido una persona con alteraciones en el sueño, es importante prestarle atención. Las personas con problemas transitorios para dormir tienen más probabilidades de que se vuelvan crónicos.
  • La falta de sueño, como hemos dicho, produce en sí misma ansiedad. Empiezan a aumentar los niveles de cortisol (la hormona relacionada con el estrés), que inhibe y suprime el sueño. Lo que crea también una incapacidad para relajarse y dormirse. Un círculo vicioso que hace que nos agobiemos más y, por lo tanto, aumente la ansiedad nocturna y los pensamientos intrusivos. (ej. “Estoy intentando dormirme y no me duermo, no parar de pensarlo”).
  • No todas las personas que padecen estrés o ansiedad duermen pocas horas. Existe un fenómeno que se llama “siestas del estrés”. Consiste en personas que, en vez de padecer insomnio o dormir pocas horas, tienen sueño más fácilmente. No obstante, este sueño es más ligero y poco reparador, lo que se relaciona con una somnolencia diurna y la sensación de fatiga durante el día.

Sueño y ansiedad

¿Cómo abordamos estos problemas?

Acudir a terapias y recibir tratamiento psicológico siempre es una buena opción y nos puede ayudar mucho a la hora de conocernos y solucionar estos problemas. En terapia se podrían abordar los problemas de la siguiente forma: Dirigirse a los problemas más frecuentes a través de 3 niveles (fisiológico, cognitivo y conductual).

Ejemplos:

A nivel Fisiológico: Utilizar técnicas de relajación, meditar, respiración diafragmática, etc. Son herramientas que nos permiten relajarnos, por ejemplo, antes de irnos a dormir o ante una actividad estresante. Reduce nuestro nivel de activación para así poder afrontar las situaciones mejor.

A nivel Conductual: Aunque ya hablamos de esto en el apartado Higiene del sueño, es muy relevante, ya que hay personas que ya tienen condicionadas ciertas costumbres y pautas desaconsejables, y la relajación no les sirve del todo para descansar. Por lo tanto, es necesario deshabituar (desacostumbrarnos) a estar en la cama más tiempo del que empleamos para dormir, por ejemplo. De esta forma asociamos la cama como lugar para dormir, y no de ocio o trabajo.

A nivel Cognitivo: La forma en la que pensamos o lo mucho que pensamos justo antes de irnos a dormir suele causarnos inquietud o robarnos el sueño. Parece que el cuerpo se para y la mente se activa. Para ello hay técnicas que nos ayudan a controlar y evitar estos pensamientos obsesivos que nos alejan del descanso.

Para concluir

Lo primero que hay que destacar es que no existen fórmulas mágicas para dormir, ya que hay múltiples situaciones y cada herramienta puede ayudar en determinadas áreas. No todos somos iguales y lo que para algunos una cosa funciona, para otros no. Lo mismo sucede con las causas o cómo nos afectan los problemas.

Aparte de eso, señalamos la importancia de un buen sueño reparador y cómo el descanso nos ayuda en otras áreas de la vida. Esto funciona en las dos direcciones, por lo que recomendamos seguir las indicaciones de los profesionales y poner de nuestra parte en todo momento. Actitud positiva y esfuerzo también son términos importantes a la hora de hablar de estas herramientas y rutinas para un buen descanso nocturno.