La ansiedad es una emoción con una función adaptativa. Es decir, que su misión es ayudarnos a defendernos de los peligros del entorno y esto viene realizándolo desde el principio de la especie, evolucionando con ella como identificó Darwin y reflejó en el origen de las especies.
La cuestión es que las amenazas de hoy son muy diferentes de las que generaron este sistema de prevención y afrontamiento tan elaborado. Cuando percibimos el peligro se ponen en marcha mecanismos fisiológicos, cognitivos y motores que no son eficaces para las nuevas amenazas.
El propio miedo a los síntomas logran que se produzca más y más ansiedad.
Para hacernos una idea de cómo es, podemos ver el vídeo siguiente en el que una muchacha cuenta su experiencia.
Sólo una sugerencia a su discurso: El objetivo final es vivir sin tener que apoyarse en ninguna medicación -de forma sostenida- y esto es ya posible con los nuevos tratamientos psicológicos.