Síndrome de Wernicke-Korsakoff y el consumo de alcohol.

El abuso del consumo de alcohol y la dependencia que genera es, a día de hoy, una de las conductas adictivas más frecuente en España. Supone un gran despliegue de medios sanitarios y es la responsable del 20% de las urgencias médicas en nuestro país.

Es por esto que hoy queremos hablar de los efectos que tiene en el cerebro, centrándonos en una de las muchas consecuencias que tiene en cuanto a la estructura y las funciones de nuestro cerebro.
Además de las consecuencias físicas, el ámbito familiar, social y laboral, es relevante incluir que un porcentaje de los alcohólicos manifiestan déficits cognitivos.

Esto puede a su vez desencadenar en grados de deterioro cognitivo moderado y grave.

Cada vez tenemos más estudios que confirman la presencia de estas alteraciones debido al abuso y dependencia de alcohol y cómo, ciertas funciones, se ven mermadas. Por ejemplo, la memoria, la planificación u organización de una conducta o el inhibirse ante determinadas respuestas (control de impulsos). Éstas que citamos son también algunas características propias de las demencias.

Cabría preguntarse: ¿El consumo de alcohol produce demencia?

Las demencias son causadas por varios determinantes como edad, sexo, estilo de vida, etc. Y, uno de los factores de riesgo más destacado es el consumo de alcohol excesivo.
El Sistema Nervioso es muy sensible a la acción tóxica del etanol (y cuanto más prolongado sea, peor). No obstante, resulta controvertido decir que es una relación directa de causa-efecto, (el alcohol causa demencia), pues como hemos dicho antes, existen numerosos factores que influyen en el deterioro cognitivo y daño cerebral. Los malos hábitos alimentarios de las personas adictas al alcohol se suman al propio efecto de la sustancia, propiciando la aparición de enfermedades relacionadas con la carencia de nutrientes, como es el síndrome de Wernicke-Korsakoff o el síndrome Alcohólico Fetal.

En estos síndromes se ha observado mucho daño en la corteza del cerebro y reducción del flujo sanguíneo cerebral, asociados al consumo de alcohol.

Vamos a prestar especial atención al mencionado síndrome (o psicosis) de Wernicke-Korsakoff, pues es un claro ejemplo del tema a tratar. Éste síndrome tiende a desarrollarse debido a la falta de la vitamina B1. Dicha carencia es muy común en personas con alcoholismo.

Esta falta de B1 causa un daño cerebral importante en partes bajas del cerebro llamadas tálamo e hipotálamo. Estas zonas mencionadas, están muy involucradas con la memoria y, además, puede desencadenar en un daño permanente y muy grave.

Para terminar, queremos destacar algunos estudios que avalan la gran capacidad del cerebro para recuperarse y cómo, con tiempo, la abstinencia al alcohol y el tratamiento psicológico pueden ayudar a mejorar el nivel de vida e incluso recuperar gran parte de la capacidad cognitiva.

Este punto nos da esperanza para implementar en el tratamiento del alcoholismo una buena intervención cognitiva que nos ayude a recuperar ese daño estructural. A su vez, la investigación a este respecto va siendo día a día más abundante y esto permitirá, sin duda, responder las cuestiones relativas a estos déficits y poder prevenir y actuar de la mejor forma posible.

En Orbium cuidamos de las personas, nuestra experiencia con las adicciones nos hace ver la relevancia de tratar con estos temas, seguir investigando y actualizando. Dar lo mejor de nosotros , desarrollar y avanzar para conseguir bienestar vital.