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Tratamiento para el alcoholismo

¿Qué es el alcoholismo?

Las bebidas alcohólicas tienen mucha presencia en nuestra sociedad: en los momentos lúdicos, reuniones familiares, eventos sociales… Mientras algunas personas lo utilizan como recurso para desinhibirse y superar la timidez, otras lo usan como si fuera un calmante para el dolor, la tristeza y los problemas.

En la población más joven, el consumo de alcohol comienza a edades muy tempranas, alrededor de los 13 años. Además, suelen consumirlo en grandes cantidades (botellones) durante periodos de tiempo cortos. Esto puede suponer efectos nocivos para la salud como, por ejemplo, intoxicaciones etílicas.

En Orbium somos especialistas en el tratamiento del alcoholismo, adicción que se puede tratar y superar.

¿Es una droga el alcohol?

El consumo de alcohol forma parte de nuestro día a día. No le damos importancia hasta que observamos serios cambios en el comportamiento habitual que impide la realización de una vida normal, con las responsabilidades que ello conlleva. Lo curioso es que se puede ser adicto sin necesidad de estar constantemente “borracho”.

El alcohol es una sustancia que genera gran dependencia física. Su consumo altera el funcionamiento normal del organismo: la memoria, el estado de ánimo, las sensaciones y percepciones, etc. Físicamente ocasiona innumerables deterioros y su retirada desencadena un síndrome de abstinencia peligroso que requiere atención médica. Los síntomas varían desde inquietud, nerviosismo, ansiedad, calambres musculares, temblores, náuseas, vómitos e irritabilidad, hasta el “delirium tremens”, caracterizado por confusión mental, delirios y alucinaciones, fuertes temblores y hasta la muerte.

Superada la desintoxicación, la evolución es impactante. Si el deterioro físico y cognitivo no es excesivo, el pronóstico de recuperación es elevado. Sin embargo, la recaída y la sensación de necesidad de beber es posible puesto que existen numerosos y constantes estímulos para su consumo.

El paciente debe aprender a convivir en la sociedad protegiéndose para evitar recaídas.

¿Cómo detectar si hay problemas con el alcohol?

Para diagnosticar el alcoholismo se debe analizar la tolerancia (cada vez se es capaz de consumir más cantidad), la abstinencia (cuando no se consume, el carácter cambia y se siente mal) y el comportamiento. Algunos aspectos a tener en cuenta son:

  • Frecuente olor a bebida.
  • Pérdida de apetito y alteraciones gastrointestinales.
  • Olvidar lo que pasó el día anterior.
  • Cambios de carácter, euforia inicial y mal humor.
  • Negación del problema.
  • Alteración del sueño.
  • Ojos vidriosos, enrojecimiento de la piel, lenguaje farfullante, descoordinación, marcha inestable.
  • Consumo de cantidades excesivas de alcohol.
  • Abandono, olvido o errores en el cumplimiento de las responsabilidades socio-familiares y laborales.
  • Desinhibición de impulsos sexuales o de agresividad, delirios de celos o de persecución y depresiones.
  • En las relaciones familiares se produce desestructuración, crisis y/o malos tratos. Laboralmente se incrementa el absentismo, baja del rendimiento y aumento de accidentes.

Cuando el consumo no se puede parar, a pesar de los efectos negativos físicos o familiares que tiene, entonces el alcoholismo se ha convertido en un serio problema que necesita tratamiento.

Tratamiento del Alcoholismo en Orbium

El alcohol es un depresor del sistema nervioso central. Actúa en muchos lugares del cuerpo, como en la médula espinal, el cerebelo y la corteza cerebral, así como en muchos sistemas de neurotransmisores.

En el sistema nervioso central, el alcohol interviene en los procesos en los que ciertas células nerviosas reciben órdenes para activarse o excitarse. Igualmente, estimula los procesos por los que determinadas células nerviosas disminuyen su actividad. Así, el alcohol actúa como un inhibidor bioquímico no específico de la actividad del sistema nervioso central, y por eso entre los efectos del consumo de alcohol están la relajación o la reducción de la ansiedad.

La dependencia al alcohol, también llamada alcoholismo o trastorno por consumo de alcohol, es una forma crónica de abuso de alcohol que tiene efectos fisiológicos, de conducta y cognitivos: cuando se toma alcohol repetidamente y durante un periodo de tiempo prolongado, el cerebro se adapta a su uso, esto es, el cuerpo se vuelve tolerante al alcohol y depende de él para mantener algunas de sus funciones.

Esta adaptación del cerebro al alcohol significa que cada vez es menos sensible a los efectos del consumo, por lo que la dosis debe incrementarse gradualmente para obtener el mismo efecto de las primeras ingestas de alcohol. A medida que las neuronas se van adaptando a dosis cada vez más altas de esta sustancia, funcionan de forma aparentemente normal a pesar de estar “bañadas” en alcohol. En este estado, cuando el efecto de una dosis apenas ha desaparecido, puede haber ya causado efectos severos en el comportamiento, o incluso la muerte. En definitiva, se ha desarrollado una tolerancia al alcohol.

La dependencia, que se acompaña normalmente de la tolerancia, se vuelve manifiesta y, por tanto, puede ser observada cuando hay una abstinencia en el consumo de alcohol. Cuando una sustancia adictiva se administra repetidas veces en un intervalo que produce tolerancia, el cerebro se adapta a la presencia de la droga (hay una neuroadaptación). La normalidad aparente de las funciones cerebrales enmascara así un cambio neuroquímico subyacente que sólo se manifiesta si se deja de consumir el alcohol bruscamente, ya que con la interrupción del consumo emergen los desórdenes cerebrales, conocidos como síndrome de abstinencia. Así, se experimentan síntomas como estallidos de actividad eléctrica en el cerebro, convulsiones y a veces fenómenos psicóticos como las alucinaciones, que hacen evidentes los cambios cerebrales que permanecían ocultos mientras se bebía.

Los síntomas de esta abstinencia desaparecen al volver a consumir alcohol, y este hecho es el que hace que sea duro para los dependientes al alcohol dejar de consumirlo, porque saben que al beber de nuevo sentirán un alivio inmediato de los síntomas. No obstante, este alivio significa que su organismo ya solo funciona “de manera normal” con la presencia del alcohol, es decir, se ha vuelto dependiente del alcohol.

La facilidad con la que se consiguen las bebidas alcohólicas y la manera en que se consumen (las pautas sociales) parecen ser factores importantes en la probabilidad de que una persona llegue a ser dependiente del alcohol. Pero también puede haber un componente genético, porque en algunas familias el alcoholismo se repite entre varios de sus miembros. Por lo tanto, el alcoholismo tiene etiología biológica, genética, hereditaria y ambiental.

Es importante pedir ayuda a profesionales de la psicología para conseguir la desintoxicación del alcoholismo. En Orbium contamos con terapias individuales y de grupo (terapia cognitivo conductual y EMDR), sesiones de mindfulness y técnicas de relajación.

Otras cuestiones que conviene saber

El consumo habitual genera tolerancia. Tolerancia significa que se soportan progresivamente dosis más elevadas de lo normal sin tener efectos de embriaguez.

En algunos casos se observa la llamada “tolerancia negativa”. Esta reacción se produce cuando se consume una pequeña cantidad de alcohol etílico y la persona termina en estado completamente ebrio.

Otro tipo de tolerancia es la llamada “tolerancia genética”, para quienes el elevado consumo de alcohol no supone un problema, puesto que su nivel de embriaguez es muy pequeño.

También conviene saber que el consumo excesivo de alcohol genera grandes problemas de salud y aumenta el riesgo de desarrollar otras enfermedades tanto mentales, como físicas (ansiedad, depresión, enfermedad hepática, problemas digestivos, etc).

¿Cómo vive su alcoholismo la mujer?

Existe un porcentaje elevado de mujeres que consumen alcohol en privado, en sus casas y a solas. La facilidad para obtenerlo sin el enjuiciamiento social y la posibilidad de tomarlo en horas más privadas, hacen que sea una de las causas (junto a “las pastillas” en general) de la adicción en numerosas mujeres de edad madura. Para ellas supone un motivo de vergüenza elevado, pues la sociedad (que promueve el consumo), castiga luego severamente a la persona enferma y aún más si es mujer. Por esta razón, la mujer se oculta mucho más que el varón y demanda en menor grado de atención especializada. Así, las mujeres que ingresan en programas de tratamiento vienen con mayor deterioro.

No obstante, este aspecto está cambiando drásticamente en los últimos años, ya que se comienza a normalizar el consumo de esta droga independientemente del género u otros factores sociales.

Si tú o alguien de tu entorno presenta síntomas de adicción al alcohol o a cualquier otra sustancia, no dudes en contactarnos. Te ofreceremos información acerca de la adicción y de nuestras opciones de tratamiento.

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